domingo, 13 de abril de 2014

Jerusalén



 
Jerusalén desde el Monte de los Olivos

Es como ver,  salvando la distancia,

desde la ensenada de mi casa vieja en el cerro:

y ver la explanada  San Cayetano,  Barbones,  Santoyo,

 y, más allá,  cementerio El Ángel,  El Presbítero Maestro.

Heme aquí, pues, en mi sueño por Jerusalen:

Desde Los Olivos baja y asciende  El Valle Verde de Kidrón

vese en primer plano el largo muro que la contorna

 sobresalida, la Iglesia del Santo Sepulcro

A cuyos flancos  vese  el Cementerio Muslime

que se le distingue  por sus lápidas color mármol  blanco.

En la esquina izquierda   El Pináculo del Templo.

Dentro del Muro  un jardín amplio, largo y frondoso.

Vese magnifica la mezquita  El-Agsa (cueste a quien le cueste:

hermoso edificio  con su domo sobre firmes columnas);

tras el, El Muro de los Lamentos, La mezquita de Moar

 y el largo edificio de Los Hermanos de Sion.

Regreso, por el Valle de Kidrón una pista la escala en diagonal

entra por afuera del Muro  izquierdo a la  Nueva Jerusalén;

pero por ahí esta el Cenade, lugar de La Ultima Cena

y cerca ha él,  otra iglesia, la de La Dormición.

 

La parte posterior del muro ya no lo veo por los edificios modernos

 pero  se logra ver parte de La Torre de David y La Iglesia Luterana.

 El flanco derecho  abre una puerta que lleva al Jardín de Getsemaní.

Quiero bajar desde mi atalaya hasta el fondo del Valle de Kidrón

Para luego subir, por la vereda, el valle verde

y entrar por la puerta donde un Hombre hace dos mil  años atrás

 envuelto en santidad, un Domingo de Ramos, entró para salvar .

Pero no soy merecedor de tal galardón y  mi sueño se acaba.

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