El periodismo
es un lastre en un país pobre que quiere emerger a más velocidad por alguna idea
buena que algún raro ejemplar presentó.
Los que gobiernan la información no comprende la plausible idea del joven periodista por necedad o
intereses creados.
Como planta tierna
esa idea será irá doblando al viento y termina colapsado sin no se cristaliza con una
infraestructura apropiada y apoyo financiero.
El sistema
impregnado intuyen sus bondades pero aun así no lo reconocen
Saben que la paz y la buena voluntad-la idea joven- no
venden; prefieren la controversia, el desliz,
la estofa, la querella en sus periódicos:
eso vende.
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