viernes, 18 de abril de 2014

El cura sin cabeza


Un sacerdote de la congregación de Santa Clara era aficionado a la pesca de camarones en el río Rímac, en  época que sus aguas tenían un variado ecosistemas  (y no como hoy, sucias).
El cura iba  al río solo por las noches para evitar que la gente lo viera y se burlara de él. En una de sus ocasionales salidas, el religioso resbala y cae sobre una piedra puntiaguda que le cercena la cabeza.

 La gente de la Lima de antaño aseguraba que desde ese día, cerca  a la ribera  (y hasta hoy por la calle Amazonas, Parque La Muralla, jirón  Lampa, alrededor de convento San Francisco) se podía ver un espectro,algunas noches, que caminaba arrastrando los pies, con las manos cruzadas sobre el estómago y ladeando el cuerpo de un lado a otro como buscando su cabeza perdida.

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