jueves, 30 de abril de 2020

Poemario El encierro en tiempos de pandemia Nota

Nota:
A partir de mañana mi poemario
El encierro en tiempos de pandemia

Trata sobre un protagonista, el viejo barbado (Vb)
que siendo feliz, de algún modo, en la soledad de su cuarto
se ve interrumpida por la presencia de otros
por la obligada cuarentena dictada por el gobierno
ante la disrupción del virus Covid 19.
No es un trabajo que trata levantar el ánimo
ni hacer sentir bien a nadie
es la cruda realidad de una familia
y de un país en una circunstancia única

Describe el sufrimiento de un país de un gobierno ( de los gobiernos)
que ha desdeñado siempre la educación la salubridad
 y redunda , por supuesto , en la familia

Disculpen por los datos y planes que en tiempos de pandemia
están proclives a imprevistos cambios.

Jrosual (acrónimo de mi nombre completo)

miércoles, 29 de abril de 2020

EL ENCIERRO EN TIEMPOS DE LA PANDEMIA






AUTOR JROSUAL

ABRIL 2020  /  LIMA PERÚ

lunes, 27 de abril de 2020

La COVID-19 ha venido a cambiar nuestra sociedad, es un virus contra el mundo moderno



"La sociedad tiene que marcarse unos objetivos, con calma y tranquilidad, sin extremismos, razonando y analizando las causas de esta crisis, y encarando la forma no sólo de resolverla sino de evitar otra, tal vez mucho más grave, en el futuro"
Francisco Agarrabeitia Ramírez  22/04/2020 - 11:07h
El mundo estaba advertido, pero no hizo caso. En 2004 el Instituto de Medicina de EEUU, tras analizar las circunstancias del brote de SARS-CoV-1 de 2003, avisó que “la veloz contención del SARS es un éxito de la salud pública, pero también una advertencia … si el SARS sucede de nuevo … los sistemas sanitarios de todo el planeta recibirán una presión extrema … una vigilancia continua es de vital importancia”.

 La del COVID-19 no es la primera pandemia reciente, Hendra en 1994, Nipah en 1998, SARS en 2003, MERS en 2012, y Ébola en 2014. Todas estas pandemias se iniciaron en los animales para dar el salto al ser humano. La COVID-19 es una variante del SARS.


La pandemia que estamos sufriendo se está cebando en los países más avanzados, afecta menos en los países muy pobres. A diferencia de otros virus más conocidos como la viruela o el sarampión, la COVID-19 hace estragos en los países más desarrollados, y dentro de cada país en las zonas o regiones más ricas, Wuhan es el centro económico, financiero, comercial cultural y político de China, el norte de Italia concentra la mayoría de la riqueza del país, lo mismo sucede en España con Madrid (y su zona de influencia) o Cataluña. En Francia están desbordados los hospitales del Noreste, el Gran Este, Alsacia y la región de París, las más ricas y afectadas. En Reino Unido ha afectado mucho más a Inglaterra que a Gales, Escocia o Irlanda, y en EEUU los estados más afectados son Nueva York, New Jersey, Michigan y California, los más ricos.

 Las zonas más afectadas, tanto en número de afectados como de fallecimientos por habitantes, las de mayor letalidad, son precisamente las más ricas y de mayor densidad de población. Si además tienen gran cantidad de población de riesgo las circunstancias están servidas a favor del virus, más aún si es zona turística con mucho tránsito de personas.

Los cinco países que más turistas recibieron en 2018 fueron: Francia 89 millones, España 83, EEUU 80, China 63 e Italia 62.

La población de riesgo son personas mayores con alguna enfermedad, que no pueden valerse por sí mismas, muchas de ellas agrupadas en residencias de mayores, agrupadas y expuestas. En España, con 375.000 plazas de residentes, dos tercios de los fallecimientos se dan en las Residencias de Mayores, Madrid con 6.000 fallecimientos, 2.400 en Cataluña, Castilla-La Mancha con 700.

Las residencias de mayores han sido los grandes focos de la pandemia, por delante de los centros sanitarios. Occidente no podía imaginarse la tragedia que nos asolaría en cuestión de días, pero hemos creado un mundo, una forma de vivir, que favorece la llegada, extensión y los estragos de este virus. Ya no hacen falta años, como en la Edad Media, para que un virus recorra la Tierra, es suficiente con unas semanas.

Un objetivo del “mundo avanzado” es aumentar la población de las ciudades, las grandes ciudades crecen a costa de reducir la población de las ciudades o pueblos pequeños. Grandes ciudades con cada vez más densidad de población, millones de personas que usan transporte público, metro, cercanías, autobuses, son millones de personas que en las calles y plazas coinciden con cientos o miles de personas. Se organizan eventos donde el objetivo es atraer cada vez a más personas, jornadas y ferias de todo tipo, fiestas, conferencias, competiciones deportivas, conciertos o festivales de todo tipo, y un largo etc.

El objetivo siempre es atraer más gente. El turismo en una forma de bienestar, cada año llegan a España más de 80 millones de personas, y cada vez más españoles viajan al exterior, esta es una esencia de los países más desarrollados, entrar y salir; también se hace por motivos educativos, españoles estudiando fuera, o extranjeros estudiando aquí; también por motivos laborales, hay españoles por todo el mundo, y aquí trabajan personas de otros países, esto provoca millones de viajes. Estos movimientos también se producen de forma interna, dentro del mismo país. Esto es lo que diferencia al “mundo avanzado” del “mundo pobre”, la interconexión, en los países pobres la lucha es esquivar cada día la miseria, no se planten hacer turismo o viajar a ver un partido de fútbol. El estilo de vida del “mundo avanzado” favorece la propagación del virus.

En los países avanzados es alarga la vida, con un buen sistema sanitario se evitan fallecimientos de personas que sufren enfermedades graves, a más desarrollo más esperanza de vida, personas con algún tipo de deterioro tienen esperanza de vivir, al contrario que en los países pobres donde no tienen esa sanidad sin la cual es imposible mantener la vida.

En España tenemos una esperanza de vida de 83,33 años, en Italia de 82,54 años, pero hay países, con bastante población, que no llegan a 80 años de media, como Brasil y Méjico con 75 años, Rusia 72 años, La India 69 años, Sudáfrica 63 años, Uganda 62 años, Nigeria 53 años, Centroáfrica 52 años, etc, con menos esperanza de vida baja la población de riesgo.

En los países donde el virus ha sido contenido ha sido muy importante el vector de la pirámide de la población, donde la pandemia estalló en zonas de mucha población joven fue posible pararlo, donde estalló en zonas con población de avanzada edad la enfermedad se ha descontrolado. Esta pandemia del coronavirus, a diferencia de “la gripe española”, se ceba en las personas que tienen una salud débil, lo que llamamos grupos de riesgo, personas mayores, enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial, diabetes, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer o inmunodepresión, obesidad, tabaquismo, y estos grupos de riesgo son mucho más numerosos en lo que llamamos el “mundo avanzado”, precisamente el mundo donde es más fácil extender y propagar el virus.

En Occidente se dan las condiciones que necesita este virus, se lo hemos puesto fácil, hemos creado un mundo interconectado, con mucha población de riesgo a la que en gran parte agrupamos en residencias de mayores, se lo ponemos fácil al virus, pero además nos hemos ido poco a poco desarmando y reduciendo nuestras defensas, no disponemos de los medios para producir los materiales de protección, hemos soportado recortes en el sistema sanitario que no han sido recuperados.

En 2014 la pérdida media era de 11,87% en gasto sanitario, destacando Castilla La Mancha con más del 20%; en Gasto de Personal el recorte había sido del 11% de media nacional, Madrid llegaba al 12,58%. Estábamos sin medios, en febrero se deberían haber hecho acopio de mascarillas, geles desinfectantes, guantes, batas, etc., tanto en centros sanitarios como en residencias de mayores, dependientes ambos de las comunidades autónomas. El personal de sanidad y de servicios sociales estaba indefenso, expuesto a contagiarse y a producir contagios.

El auge de la pandemia tomó desprevenidas a todas las administraciones, a todas las comunidades autónomas, a todos los países occidentales, sin medios de protección y sin poder producirlos, la globalización provocó que se cerraran la mayoría de los talleres de confección para trasladar la producción a Asia, donde la mano de obra era más barata, con el mercado inflado por la demanda, pues el resto de países de Occidente, junto con EEUU, tenían la misma necesidad. Pasaron varias semanas para que se empezasen a ver con regularidad los medios de

protección, pero ya era tarde, el daño ya estaba hecho. También hay que reconocer logros, en sólo 10 días se aumentó en un 40% el número de camas y se multiplicaron las plazas de UCI, no hubo un colapso general del sistema, pero a finales de marzo y primeros de abril sí hubo hospitales que estuvieron varios días colapsados, en Madrid y su zona de influencia, La Mancha, Albacete, Soria.

El resto es bien conocido, un virus que se desata en China, que no es detectable pues pasan días en tener síntomas, o no tenerlos nunca, mientras tanto se produce un contagio exponencial, sin olvidar que los síntomas son similares a una gripe o alergia dificultando su detección. Turistas italianos llevan el virus a Italia, país que tiene gran relación o conexión con España, y de allí salta rápidamente a nuestro país, otros países tuvieron más tiempo para prepararse. Al principio los casos eran importados, extranjeros o turistas nacionales que volvían, hasta que llegaron contagios locales, se crearon focos, los más peligrosos en residencias de mayores y centros sanitarios, a mediados de marzo se declaró el estado de alarma y el confinamiento, a finales de marzo y primeros de abril llegó el nivel más alto de contagios y fallecimientos.

Esta situación, distinta en función de cuantas circunstancias coincidan, se ha ido extendiendo al resto de países de nuestro entorno y al mundo entero.

Debemos estudiar las causas de esta tragedia y poner los medios para que no vuelva a ocurrir, la siguiente pandemia podría ser más mortífera. Tenemos dos opciones, le podemos hacer el juego al mercado para que nada cambie, creyendo teorías que sólo sirven para distraernos y apartarnos de la realidad, que si el virus lo ha creado un laboratorio para luego hacer negocio, algo imposible pues un laboratorio puede duplicar un virus ya creado por la evolución o la naturaleza pero no puede crear un virus nuevo, y menos un virus tan complejo genéticamente como este.

Otros dicen que el gobierno lo sabía y prefirió no hacer nada, qué casualidad que el Gobierno de España lo supiera mientras que no lo sabía el gobierno de ningún otro país o que tampoco lo supiera ningún gobierno de Comunidad Autónoma, pues ninguno tomó medidas, y todos tenían competencias para actuar, como la Sanidad o los Servicios Sociales que estaban sin medios.

Nos jugamos mucho como para no tener clara la realidad, es el peor momento para dejarnos engañar con bulos o teorías de oportunistas o lunáticos.

La plaga Antonina hizo desaparecer gran parte del ejército romano matando al emperador Lucius Verus, y el nombre de su coregente, Marco Aurelio Antonio, dio origen al brote, en Roma provocó hasta 9.000 muertes diarias masacrando a un tercio de la población; esta plaga hizo caer al Imperio Romano al quedar Roma a merced de los bárbaros.

Las grandes crisis, las grandes pandemias, provocaron grandes cambios, esta no será menos, este es el primer peligro, la situación es muy grave, a nivel nacional y mundial, esto no es un problema de meses, ni de un año, de no encontrar rápidamente una vacuna (que se espera en unos 18 meses) se avecina  una crisis sanitaria, social, económica y política de incierto final, este es el momento que aprovechan los extremos, de uno u otro signo, para establecerse en el poder.

Una vez que la pandemia se comience a controlar, que no eliminar, y pueda el sistema sanitario ir absorbiendo los nuevos casos se irá reduciendo el confinamiento, de forma gradual, mientras no aparezca vacuna la sociedad, no se parecerá en nada a lo que habíamos vivido o conocido, tenemos que aprender a vivir o convivir con el virus.

Mientras tanto la sociedad tiene que marcarse unos objetivos, con calma y tranquilidad, sin extremismos, razonando y analizando las causas de esta crisis, y encarando la forma no sólo de resolverla sino de evitar otra, tal vez mucho más grave, en el futuro. Para ello tendrán que producirse muchos cambios, sociales, laborales, legales, económicos, … Hay que darle a la sanidad, a los servicios sociales, a los servicios públicos, el valor que realmente se merecen, han sido los servicios públicos los que han hecho frente a esta pandemia, sanitarios, personal sociosanitario, fuerzas y cuerpos de seguridad, etc, no se puede invertir para viajar a Marte sin tener medios para defendernos de un pequeño virus.

 Habrá que declarar como esenciales actividades como la investigación, o sectores productivos como la confección de equipos de protección, no podemos depender del exterior, ni de las donaciones, las cuales son de agradecer y reconocer que han salvado vidas. Los cambios que deben producirse son contrarios a lo que marca el mercado, la globalización, no será fácil, la mayoría de agentes económicos ponen sus objetivos en el corto plazo, pero el hecho de que no sea fácil no puede hacernos desistir, nos jugamos mucho, nos jugamos el futuro, el nuestro y el de las nuevas generaciones. Es un pequeño virus que ha venido a cambiar nuestro mundo, y más vale que lo cambiemos.


domingo, 26 de abril de 2020

CRIMA 1911-1


Frases de tristeza, de soledad y de decepción by TaboolaSponsored Links.

1. Nuestras heridas son, a menudo, las puertas que nos llevan a las mejores partes de nosotros mismos. David Richo
 2. Las formas en las que has intentado matar tu pena no te convierten en una mala persona.
Anónimo
 3. Algo dentro de mí se ha roto. Es la única forma en la que puedo describirlo. Ranata Suzuki
 4. Percibir significa sufrir. Aristóteles
  5. Amar y no ser amado es morir sin estar muerto. Jerry Darroch
 6. El dolor cambia a la gente; les hace más desconfiados, les hace sobre analizar las cosas y les lleva a apartar a los demás. Anónimo
 7. Puedo soportar cualquier dolor mientras este tenga un propósito. Haruki Murakami
8. De todas las mentiras que he escuchado, "te quiero" siempre ha sido mi favorita. Anónimo
9. Me apuñalaste y después hiciste ver que tú eras quien sangraba. Anónimo
 10. Me vas a buscar en otras personas y nunca vas a encontrarme. R.H. Sin
 11. Si no estás perdiendo unos cuantos amigos, no estás creciendo. Anónimo
 12. Fingir una sonrisa es más sencillo que explicar de dónde proviene la pena. Anónimo
13. En el corazón tenía la espina de una pasión. Logré arrancármela un día: ya no siento el corazón. Antonio Machado
 14. En la soledad no se encuentra más que lo que a la soledad se lleva. Juan Ramón Jiménez
 15. La tristeza se aleja con las alas del tiempo. Jean de La Fontaine
 16. Las lágrimas son palabras que deben ser escritas. Paulo Coelho
 17. Cualquier necio puede ser feliz. Se necesita a un hombre con un corazón real para encontrar la belleza en las cosas que nos hacen llorar. Clive Barker
 18. No hagas de alguien tu todo, pues cuando se vaya no te quedará nada. Anónimo
 19. Una frase de tristeza por amor que nos enseña que no deberíamos convertir a los demás en nuestra única felicidad, ya que esto solo nos lleva a la pena y a la soledad. Aunque amar es un sentimiento bonito y debemos ser generosos con los demás, no podemos olvidar nuestro propio bienestar.
20.Vivir en el pasado solo te ciega hacia el futuro. Andrew Boyd
 
21. No puedes protegerte de la tristeza sin protegerte también de la felicidad. Jonathan Safran Foer
 22. Es tan corto el amor y es tan largo el olvido. Pablo Neruda
 23. Tú no te irás mi amor, y si te fueras, aun yéndote, mi amor, jamás te irías. Rafael Alberti
 24. A veces creemos que aferrarnos a algo nos hará más fuertes, pero lo cierto es que a veces demostramos nuestra fuerza alejándonos. Hermann Hesse
 25. El silencio es el grito más fuerte.
 26. Es difícil pedirle a alguien con el corazón roto que vuelva a amar. Eric Kripke
  27. Lloramos cuando nuestros labios no pueden expresar el sentimiento de tener el corazón roto. Anónimo
 28. Te di mi corazón, pero nunca esperé recuperarlo hecho pedazos. Anónimo
  29. Los corazones se hicieron para romperse. Oscar Wilde
  30. La misma emoción que puede romperte el corazón es aquella que puede curártelo. Nicholas Sparks


sábado, 25 de abril de 2020

LA PANDEMIA DE COVID 19 Y LA TERCERA GUERRA MUNDIAL


LA PANDEMIA DE COVID 19 Y LA TERCERA GUERRA MUNDIAL
Abril 2020
EL CORONAVIRUS: ¿UN ARMA DE GUERRA?
¿Ha sufrido China, y con ella el resto del mundo, un insidioso ataque de guerra biológica?
Estados Unidos y China están - recuerda en este artículo el coronel Amadeo Martínez Inglés - en guerra no declarada desde hace años, desde que la superpotencia asiática alcanzó un nivel de riqueza, de tecnología, de capacidad comercial y de negocio a nivel mundial que causó la alarma y el pánico incontrolado en la superpotencia norteamericana. Como apuntaba líneas atrás, esta guerra bilateral EEUU-China, de momento habría que clasificarla como de las llamadas por los propios expertos militares yanquis “de cuarta generación” o sea solapada, secreta (...).
CORONEL AMADEO MARTÍNEZ INGLÉS PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Si, usted, amable lector/a, me formulase directamente las tres preguntas (absolutamente relacionadas entre sí) que encabezan el presente trabajo, me vería obligado, por respeto a mí mismo, a contestárselas afirmativamente. Con matices, evidentemente, porque como yo de papa de la iglesia católica no tengo nada y debido a ello mis ideas y mi parlamento nunca estarán revestidos del aura divina de la “ex cátedra”, no tendría más remedio que revestir mi respuesta con un cálculo (muy personal) sobre su certeza dando a mis tres “síes” una probabilidad del 95% y dejando una pequeña puerta abierta a la esperanza de que mi escandalosa presunción de que estamos ante un criminal y secreto “golpe biológico” de Estados Unidos contra China, basada, desde luego, en los profundos conocimientos adquiridos en mis cuarenta años de servicio en el Ejército español así como en los amplios estudios de capacitación profesional como diplomado de Estado Mayor y, concretamente, en la especialidad de guerra NRBQ (guerra nuclear, radiológica, biológica, química), sea fruto más bien de un mal sueño o de algún soterrado deseo incontrolado de mi psique por querer cargarle al decadente imperio americano el sambenito de un nuevo crimen de Estado o de lesa humanidad.
Desgraciadamente, en el reciente devenir de la historia mundial nos encontramos con multitud de antecedentes que avalarían y demostrarían, con hechos probados, la barbarie del imperio yanqui y su participación, cuando no su protagonismo, en muchos y muy variados, peligrosos, cruentos y devastadores casos de violencia institucional, de ilegales acciones condenadas por el derecho internacional y de asesinatos masivos que han acabado convirtiendo a la otrora modélica democracia norteamericana en el más sangriento verdugo de la reciente historia de los siglos XX y XXI.
Y me voy a permitir rescatar algunos ejemplos de ello:
-bombas atómicas sobre Hirosima y Nagasaki (200.000 víctimas)
- devastación de Vietnam (500.00 víctimas)
- invasión de Irak (100.000 víctimas civiles y 60.000 soldados de la Guardia Republicana iraquí asesinados en el campo de batalla con armas de destrucción masiva tras las descaradas mentiras de los más altos gerifaltes estadounidenses afirmando que Sadam Hussein disponía de armas atómicas
- invasión de Afganistán (más de 200.000 víctimas) como consecuencia de la larga y cruenta confrontación con los talibanes sobre la base de una hipotética colaboración con Bin Laden que nunca se demostró.
- bombardeo de la Libia de Gadafi el 15 de abril de en 1986 (la denominada “Operación El Dorado Canyon” que no logró su defenestración pero destruyó en gran parte la infraestructura militar del país norteafricano.
-la nueva guerra de Libia contra Gadafi auspiciada por EEUU y la OTAN que esta vez sí consiguió acabar con el “dictador de las huríes” pero que ha degenerado en una cruenta guerra civil que todavía se mantiene después de destrozar el país y dejar decenas de miles de muertos.
- invasión de Siria para satisfacer intereses económicos y políticos occidentales por medio de mercenarios y bandas instruidas y equipadas por el Ejército norteamericano, con su siniestra derivada de destrucción y muerte (más de medio millón de víctimas) tras una guerra que ya va para diez años.
- guerra larvada contra el Irán de los ayatolás acompañada de sanciones a numerosas naciones del mundo que estrangulan su economía y producen pobreza y desolación, amenazando una y otra vez con su poderosa fuerza militar
- y, por último, y sin querer ser exhaustivo con esta enumeración a bote pronto de las numerosas “hazañas” del moribundo imperio yanqui que, últimamente, oliendo el peligro del sorpasso por parte del nuevo imperio ruso-chino, está cometiendo absurdos y muy peligrosos palos de ciego tanto en el ámbito geopolítico como en el geoestratégico, económico y comercial, ahí tenemos su cantada (por ellos mismos) guerra comercial con China que han ido ampliando sin medida y sin razón a medio mundo, que ha devenido en un rotundo fracaso para EEUU y que ha podido estar, amigo lector/a, detrás del presunto ataque biológico a la gran potencia asiática que estamos tratando y que ha debido utilizar como desencadenante alguna cepa (los científicos chinos y del resto del mundo ya hablarán en su momento) del coronavirus humano (229E, OC 43, HCoV NL63, HKU1… ) o sea, algún agente “ad hoc” presuntamente nacido, construido, manipulado, “cargado” y hecho operativo en los muy secretos laboratorios de guerra biológica del Ejército estadounidense.
Pero, obviamente, no se trata, por lo menos no ha sido esa mi intención al comenzar a redactar el presente trabajo, de sacar a la luz pública con cierto regodeo malsano las vergüenzas genocidas y de lesa humanidad, que tendrían su epílogo en la ofensiva biológica del coronavirus anti chino, que esconde en sus alcantarillas institucionales el hasta hace poco venerado y en los últimos años odiado y vilipendiado pueblo estadounidense, sobre todo desde que ocupa el despacho oval de la Casa Blanca el tuitero y atípico presidente del “pelo amarillo” que si no lo echan pronto, que no lo van a hacer, puede desencadenar él solito la tercera guerra mundial, una confrontación global de “cuarta generación” (híbrida, psicológica, económica, tecnológica, comercial, cibernética, subordinada… sin descartar para nada la NRBQ en sus tres últimas versiones), que, como le voy a explicitar a continuación y es creencia generalizada entre muchos militares, expertos y estrategas de medio mundo, ya está en pleno desarrollo por lo menos en su primera fase o fase previa, más o menos incruenta y que, cuando menos lo esperemos, puede dar paso a su segunda tanda (guerra convencional avanzada “no nuclear”) de destrucción aún moderada y daños colaterales civiles asumibles y que ¡ojala! se pare ahí sin que ninguno de sus protagonistas de alto nivel (el perdedor de la fase anterior, presumiblemente y a día de hoy, el estadounidense cuyas FAS se han quedado totalmente obsoletas ante los espectaculares avances de rusos y chinos en el campo de las nuevas tecnologías hipersónicas en misiles estratégicos así como en aviones de quinta y sexta generación, submarinos y drones furtivos) ose apretar el botón de su maletín atómico.
Pues bien, una vez demostrado en los párrafos anteriores la maldad que subyace en la cúpula del poder de una nación tan poderosa como los Estados Unidos de Norteamérica y que no solo sería capaz de efectuar una agresión de tipo biológico contra China como la que estoy comentando en estos momentos, con daños muy espectaculares y mediáticos, es cierto, pero reducidos y neutralizables en el corto plazo aún a costa de muy graves perjuicios económicos, materiales, políticos, sociales, morales y de credibilidad para la gran nación asiática (de momento, el Estado chino ya se ha visto en la tesitura de tener que inyectar 165.000 millones de dólares en el sistema financiero, industrial y tecnológico propio como ayuda urgente ante el desplome incontrolado de sus bolsas…), sino de desencadenar una tercera guerra mundial si viera peligrar de verdad su liderazgo global, voy a intentar poner al lector/a al corriente de los apresurados análisis de situación y prospectivos que me han llevado a contestar afirmativamente , con cierta temeridad sin duda, las tres preguntas virtuales que yo mismo me hacía en el encabezamiento del presente artículo.
Estados Unidos y China están en guerra no declarada desde hace años, desde que la superpotencia asiática alcanzó un nivel de riqueza, de tecnología, de capacidad comercial y de negocio a nivel mundial que causó la alarma y el pánico incontrolado en la superpotencia norteamericana. Como apuntaba líneas atrás, esta guerra bilateral EEUU-China, de momento habría que clasificarla como de las llamadas por los propios expertos militares yanquis “de cuarta generación” o sea solapada, secreta, con acciones subordinadas a cargo de terceros contendientes, con multitud de frentes no convencionales y con daños irreversibles no muy cuantiosos e incluso difícilmente cuantificables. Cronológicamente estaríamos en la primera fase de esa guerra asimétrica, donde las armas de guerra convencionales y las de destrucción masiva no han hecho todavía acto de presencia. Pero este escenario de cuasi guerra, de paz armada, de guerra fría, de enfrentamiento solapado puede cambiar en cualquier momento. Veamos por qué:
En gran historiador y militar ateniense Tucícides, padre de la “historiografía científica” y de la llamada escuela de “realismo político” nos dejó una impresionante profecía a los humanos, fruto de su experiencia en la guerra del Peloponeso (siglo V a.c) :
“Cuando una gran imperio o potencia de primer nivel se siente amenazada por otra emergente que puede arrebatarle su liderazgo, la guerra entre ambas es inevitable”
Basándose en los análisis y estudios del famoso historiador, militar e investigador griego, el profesor norteamericano Grahan Allison, director del Centro Belfer de Ciencias y Asuntos Internacionales en la Kennedy School de Harvard (EEUU) ha publicado recientemente el libro titulado “Con destino a la guerra”, en el que se pregunta concretamente si su país, Estados Unidos, será capaz de sortear la por él denominada “Trampa de Tucícides” evitando ir a una guerra que preservara su liderazgo mundial ante el claro reto económico, militar y político de China. Y para contestarse a sí mismo y a los millones de compatriotas que presumiblemente leerían su trabajo, estudió con todo detalle cómo se solventaron históricamente en los últimos quinientos años dieciséis casos en los que una potencia dominante, un imperio, se vio en la tesitura de ir a la guerra contra un nuevo poder emergente que le retaba claramente y aspiraba a desbancarle de su poltrona. De esos dieciséis casos, al profesor de Harvard le salieron doce positivos (hubo guerra) y cuatro negativos (el poder afincado y el emergente llegaron a acuerdos que hicieron posible la paz) lo que en términos matemáticos arroja una probabilidad del 75% de que su patria, EEUU, vaya a la guerra total con China en el corto o medio plazo.
Al historiador que suscribe, no obstante, después de analizar y estudiar a fondo las peripecias investigadoras e históricas del señor Allison, la probabilidad del 75% de que su país se decida finalmente a parar los pies a su emergente enemigo con las armas en la mano se le queda francamente corta y no tiene más remedio que elevarla al 90% ya que el profesor yanqui, con todos los respetos, ha cometido en sus apreciaciones históricas y, sobre todo estratégicas, algunos errores de bulto comprensibles ya que hablar de guerras, actuales o por venir, sin ser un militar profesional y, además, aficionado y estudioso de la historia, tiene sus riesgos. Y es que en los cuatro casos negativos en los que según Allison los dirigentes de las dos potencias contrincantes acabaron tomándose un café y dándose algún abrazo que otro, primaron unas circunstancias muy especiales que neutralizaron completamente las ansias guerreras de ambos.
Y voy a citar solo uno porque no hay tiempo para más: La guerra fría que se desató en el mundo tras la II Guerra Mundial y que duró casi toda la mitad del siglo XX no acabó en una terrorífica confrontación mundial, como hubiera asegurado el historiador Tucícides si le hubieran preguntado en los años cincuenta del pasado siglo, por la sencilla razón de que a los altos jerarcas de EEUU y la URSS durante todos esos años no les quedó más remedio que abrazar contra su voluntad la denominada estrategia MAD (Destrucción Mutua Asegurada) ya que, efectivamente, cualquiera de las dos superpotencias ganadoras de la II Guerra Mundial podía con sus armas termonucleares barrer de este mundo a toda la estructura civil enemiga pero con la contrapartida de que ésta, simplemente con el 20% de sus propios arsenales que según todas las previsiones habrían quedado intactos, estaría en condiciones de devolver la pelota al 100% al suicida atacante. Por otra parte, el profesor yanqui también se equivoca cuando habla solo de China como enemigo a batir por Estados Unidos cuando a día de hoy, y por bastantes años, es la Rusia de Putin la primera potencia militar del planeta. El cacareado poder castrense norteamericano basado en sus monstruosos portaaviones de 100.000 toneladas y en sus misiles crucero subsónicos se ha quedado en nada con la aparición de los nuevos misiles hipersónicas rusos tipo Samart (Satan II), Avangard y Kinzhal y los aviones furtivos Su-27, SU-35 y SU-57 de quinta y sexta generación, que han convertido a esos fastuosos barcos orgullo todavía de la Armada yanqui en pura chatarra a flote que podrían ser destruidos en su totalidad en los primeros minutos de un conflicto global.
Termino, amigo lector/a, haciéndome otra pregunta capciosa que puede resumir todo mi anterior parlamento:
¿Estamos, ante este flagrante y presunto ataque a China a través del agente coronavirus, en un nuevo apartado de la primera fase de una nueva guerra mundial de acuerdo a las enseñanzas del historiador Tucícides?
Pues, lo siento, pero tengo que contestar de nuevo que sí aunque a día de hoy estoy completamente seguro de que no será nuclear pues ahora la MAD (Destrucción Mutua Asegurada) ya no existe y uno de los dos bandos (de momento, el oriental) es capaz de poner él solito contra las cuerdas al otrora orgulloso imperio de las barras y las estrellas. Que se ha convertido, todo hay que decirlo, en algo francamente indeseable a nivel mundial.
El dato fuente omega


viernes, 24 de abril de 2020

Magda Portal

Portal relató, en la entrevista que le hizo la investigadora Kathleen Weaver, que una mañana, mientras su madre se había ido a un juzgado, llegaron policías y jueces, y la sacaron a ella y a sus hermanos a la acera.
“Los jueces pusieron candado en el portón de la entrada. Nosotros nos quedamos llorando en la calle, por supuesto. Éramos unos niños abandonados pero toda la vecindad sabía que esa casa era nuestra y decía ‘Pero qué barbaridad, cómo es posible que los arrojen de su casa’”. Entonces ella cogió una piedra, la más grande que pudo agarrar, y la tiró contra el candado. Tenía ya siete años y la fuerza suficiente para hacer que el seguro cediera. “Abrí la puerta y empecé, con la gente del barrio, a meter mis muebles dentro de la casa. Así era entonces la injusticia. Cuando llegó mi madre fue el gran drama, pero ¿qué hace una gente cuando no tiene mayor amparo en la sociedad?”.
(Barranco, Lima, 27 de mayo de 1900- 11 de julio de 1989)

jueves, 23 de abril de 2020

ASÍ SERÁ NUESTRA PRÓXIMA PANDEMIA GLOBAL


ASÍ SERÁ NUESTRA PRÓXIMA PANDEMIA GLOBAL
SIMON PARKIN
Twitter
Google Plus
27 NOV 2018 - 13:58 CET


Si un corredor de apuestas tuviera que estimar las probabilidades sobre qué evento apocalíptico es más probable que elimine la raza humana, una pandemia tendría más probabilidades que cualquier ataque nuclear, alzamiento de robots o asteroide. Epidemiólogos y profesionales de la salud de todo el mundo están de acuerdo: a pesar de los esfuerzos de gobiernos y organismos para prepararse para lo peor, el mundo no está preparado para un brote mundial de una enfermedad contagiosa mortal. En febrero de 2017, Bill Gates advirtió de que, a menos que se tomen medidas drásticas pronto, un patógeno que se contagia por aire y se mueve rápidamente "podría matar a más de 30 millones de personas en menos de un año".

De todas las amenazas emergentes de enfermedades, un brote de gripe es el más preocupante debido, principalmente, a la velocidad con la que se puede propagar y la virulencia con la que puede matar. Investigaciones recientes han demostrado más allá de toda duda razonable que la gripe española de 1918, que mató a entre 50 y 100 millones de personas y fue la más mortal en la historia de la humanidad, tuvo su origen en las aves. Hoy nuevas cepas de gripe aviar tienen tasas de mortalidad sin precedentes, como la cepa H5N1 que apareció en Hong Kong en 1997, y están surgiendo con más regularidad que nunca.

La principal de estas nuevas amenazas es el H7N9, una cepa de gripe originalmente encontrada en una gallina china que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) actualmente considera que tiene el mayor potencial de causar una pandemia mortal en caso de que mute y se transmita por aire. El virus se detectó por primera vez en una víctima humana en 2013. Las cifras publicadas el mes pasado indican que el brote más reciente del H7N9, en octubre de 2016, mató a más personas en China que los cuatro brotes previos de gripe aviar juntos y produjo una variante que es menos susceptible a las vacunas.


Aunque está claro quién es el principal sospechoso, hay un problema a la hora de prepararse para lidiar con el H7N9 a escala global. Tal y como el Dr. Keiji Fukuda, ex jefe de epidemiología del CDC, dice, la humanidad ha "esquivado una bala" en lo referente a pandemias en los últimos años. Mediante una combinación de preparación, acción rápida y buena suerte, ni el SARS en 2002, ni la gripe porcina en 2009, ni el ébola en 2014 han terminando siendo pandemias completas. Tenemos pocos puntos de referencia para proporcionar pistas o modelos sobre cómo podría ser un mundo en medio de un brote mortal contemporáneo y cómo, en nuestra sociedad conectada, podríamos prepararnos para lo peor.

Irwin Redlener es el director del Centro Nacional para la Preparación ante Desastres en la Universidad de Columbia. Él y su equipo han pasado los últimos 14 años estudiando desastres causados por el cambio climático, el terrorismo o aves enfermas. Usando datos y modelos por ordenador, han explorado los diversos escenarios que pueden sucederse después del surgimiento de una nueva cepa letal y virulenta de la gripe aviar y los resultados de esos modelos sombríamente proféticos se leen como ficción zombi.

En febrero de 2017, Bill Gates advirtió de que, a menos que se tomen medidas drásticas pronto, un patógeno que se contagia por aire y se mueve rápidamente "podría matar a más de 30 millones de personas en menos de un año"

Digamos que el virus, una variante del H7N9, se detecta por primera vez en un paciente que ha estado expuesto a aves de corral vivas en uno de los mercados rurales de aves en China, donde el rigor y la regulación que actualmente se aplican a muchos de los mercados de Hong Kong aún no se han implementado. Una semana después, se detectan tres casos más y el paciente muere en el hospital por una infección pulmonar.

Un laboratorio dirigido por el CDC en Atlanta es el primero en examinar una muestra de sangre tomada de la víctima. Los virólogos del CDC confirman que han detectado una nueva cepa de gripe aviar. El gobierno chino, con experiencia en la gestión de tales brotes, ordena el cierre de los mercados de aves y el sacrificio de decenas de miles de aves en la provincia donde se descubrieron los primeros casos.


Sin embargo, al cabo de unos días, los hospitales siguen recibiendo un gran flujo de nuevos casos: está claro que ni el sacrificio ni las meticulosas reglas del país para transportar animales vivos están siendo efectivos. Parece que este nuevo virus puede contagiarse entre personas a través del aire que respiramos.

Días después, se informa de nuevos casos de la enfermedad en países vecinos de China, aunque no está claro en este momento si el virus se ha propagado a través de los camiones que cruzan las fronteras o por las aves que migran durante el invierno.

Casi de inmediato, predice Redlener, los aeropuertos internacionales comenzarán a cerrarse en un esfuerzo por evitar la transmisión intercontinental. Los viajes aéreos, donde desconocidos de regiones geográficas con diferentes niveles de vulnerabilidad a las enfermedades se ven obligados a permanecer en un espacio cerrado durante un período prolongado de tiempo, es actualmente la forma más rápida de viajar.

Al igual que las trincheras y los hospitales de lona del brote de gripe española de 1918, un avión actúa como una incubadora de un virus e infecta a los pasajeros que, tras desembarcar y dispersarse, distribuyen el virus con eficacia. Tal y como Ed Yong dijo recientemente en The Atlantic, cuando se trata de propagar enfermedades, "atravesando los cielos en innumerables aviones, transformamos pequeñas hogueras en grandes incendios globales".

El cierre del aeropuerto llega demasiado tarde para detener la propagación de la pandemia. En el mundo conectado de hoy en día, se puede transportar una enfermedad desde una aldea rural a cualquier ciudad importante en 36 horas, más rápido de lo que cualquier gobierno podría implementar una política de prohibición de vuelos. Se informa de los primeros casos en Europa y, poco después, en EE UU. En estas primeras semanas la desinformación abunda, al igual que durante el brote del ébola en 2014, cuando los informes falsos hicieron que el virus se propagase con más facilidad. En los canales de noticias por cable, algunos expertos sugieren que el brote es el resultado de una investigación genética irresponsable en China. Otros sugieren que es parte de un complot terrorista.

Tenemos pocos puntos de referencia para proporcionar pistas o modelos sobre cómo podría ser un mundo en medio de un brote mortal contemporáneo y cómo, en nuestra sociedad conectada, podríamos prepararnos para lo peor

Se cierran las primeras escuelas. "Una de las cosas más importantes que se pueden hacer en una pandemia incipiente es reducir el contagio entre niños", dice Redlener. Sin embargo, los modelos de actuación muestran que esta precaución resuelve la misma cantidad de problemas que crea. "¿Quién cuida a los niños en casa?" pregunta Redlener. "¿Qué pasa si los padres se contagian? ¿Y qué le sucede a la economía cuando los padres ya no pueden trabajar? ¿Cómo compran las personas alimentos si no tienen ingresos?"

Las cadenas de suministro empiezan a colapsar a medida que aparecen las primeras consecuencias económicas locales y regionales de la pandemia. "¿Quién entrega nuestros suministros diarios de alimentos y medicamentos y todo lo que necesitamos si hay personas contagiadas por todas partes?", se pregunta Redlener. "¿Vamos a permitir que los camiones circulen entre estados si al hacerlo aumenta el riesgo de propagación de la enfermedad?"

En pocas semanas, los estantes de los supermercados quedan vacíos. Las colas en las gasolineras se extienden a lo largo de las carreteras, por lo menos durante los pocos días en que todavía queda gasolina.

La fragilidad de cada mecanismo altamente afinado que garantiza la comodidad y la facilidad de la vida contemporánea en los países más ricos queda expuesta lenta y completamente. La crisis de salud mundial pasa de "estar en la lista de cosas que nadie quiere hacer a ser la única tarea de la lista de cosas por hacer de muchas personas", dijo Bill Steiger, que dirigió la Oficina de Asuntos de Salud Global durante la administración de George W. Bush, al Washington Post en abril mientras se debatía la preparación ante una pandemia .

Mientras el CDC publica recomendaciones cada día (quédese en casa, tápese la boca si tose), el presidente Trump responde con una retórica característicamente extravagante. Esta vez, sin embargo, la retórica lleva a medidas aún más fuertes. Las fronteras de EE UU con Canadá y México se han cerrado, se declara la ley marcial y se ha puesto en cuarentena a los estadounidenses enfermos (y se les coloca en campos de detención si se descubre que han infringido el toque de queda). Utilizando el sentimiento público sobre esas conspiraciones epidémicas, Trump empieza una guerra comercial con China.

A medida que la pandemia continúa, empezamos a ver la incapacidad de las naciones para responder. Se testean hospitales, personal médico y medicamentos usando métodos sin precedentes. "Ha habido muy poca mejora por parte de Estados Unidos en la capacidad de tratar médicamente a los afectados por una pandemia", dice Redlener. "No tenemos suficientes agentes antivirales. No tenemos suficientes ventiladores mecánicos. Es muy arriesgado saber si cuidaremos de las personas que necesitan ser hospitalizadas en caso de una pandemia y de qué manera. En ese momento simplemente nos sentiríamos abrumados por los pacientes".

Aquí es donde se revela la gran complejidad de un escenario de pandemia: considerar las cuestiones éticas que surgirán en medio del desastre. ¿Qué sucede, por ejemplo, cuando los hospitales se queden sin ventiladores mecánicos? ¿Podrá un médico decirle a un padre que, como las posibilidades de supervivencia de su hijo son menores que las de un adulto joven, se le va a confiscar el respirador? "Simplemente no hay pautas sobre cómo debemos gestionar la enorme escasez que encontraremos en el sistema de salud en el caso de una pandemia", dice Redlener.

Independientemente de que estas hipotéticas situaciones sean plausibles o exageradas, Redlener cree que las consecuencias de cualquier pandemia están más allá del alcance de las consideraciones actuales de muchos planificadores de desastres. Los modelos pueden mostrar lo rápido que un virus podría viajar por el mundo, pero no explican en detalle las implicaciones del colapso de la sociedad en medio de una pandemia mortal. El mundo entero, dice Redlener, está "completamente desprevenido".

Redlener y sus colegas no son los únicos que llegan a estas conclusiones apocalípticas. En 2011, la Organización Mundial de la Salud presentó una iniciativa mundial llamada Preparación contra la gripe pandémica (PGP), un programa diseñado para detener o retrasar la gripe pandémica en su aparición inicial y evitar el tipo de desastre mundial detallado anteriormente.

Como parte del PGP, una red de más de 150 laboratorios en todo el mundo conocida como Sistema Global de Vigilancia y Respuesta ante la Gripe controla los brotes de gripe, examina muestras de sangre de pacientes recién infectados y monitoriza las ventas en farmacias de medicamentos utilizados para tratar los síntomas de la enfermedad. Esta investigación informa de la creación de la vacuna contra la gripe estacional, cuyas nuevas versiones se desarrollan dos veces al año y proporciona la base para el asesoramiento que la Organización Mundial de la Salud entrega a los gobiernos para ayudarlos a prepararse para una pandemia.

Muchas naciones han desarrollado sus propios planes específicos. El Reino Unido, por ejemplo, creó la Estrategia de control de enfermedades aviares identificables, que establece los procedimientos que deben seguirse en caso de aparición de una enfermedad que se pueda convertir en una pandemia en la isla. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud está trabajando para coordinar mejor los esfuerzos y estrategias entre naciones sobre la base de la experiencia de la gripe española de 1918: no se puede luchar contra una pandemia tratando a los pacientes de forma individual. Creen que una pandemia moderna solo se derrota al tratar el mundo de forma interconectada y no a las naciones por separado.

"Una pandemia es un evento mundial", dice Sylvie Briand, directora del Departamento de Gestión de Riesgos de Contagio dentro de un programa de emergencia de la Organización Mundial de la Salud que se ha creado recientemente. "Se debe gestionar tanto a nivel nacional como internacional. Una enfermedad no tiene fronteras". Pardis Sabeti, un destacado investigador de enfermedades contagiosas de la Universidad de Harvard, dijo lo mismo a The Atlantic a principios de año: "Los virus son amenazas globales para la humanidad. Son un problema común. De alguna manera, son la única amenaza que une".

Aún así, el tipo de amenaza que la gripe supone es diferente en función del país de donde provenga. "El problema es que hasta ahora, la gripe es vista como una enfermedad de países ricos y templados", dice Briand. "No es el caso. La gripe está por todas partes. Sin embargo, en muchos países tropicales, donde hay una alta tasa de mortalidad por enfermedades respiratorias, la mayoría de veces ni siquiera saben que se debe a la gripe".

En 2014, la administración Obama se comprometió a donar un millón de dólares a una asociación de reciente creación conocida como la Agenda de Seguridad de Salud Global. El programa está destinado a ayudar a prevenir la propagación de brotes letales mediante el fortalecimiento de los sistemas básicos de salud pública en los países menos desarrollados cuyo objetivo es luchar contra las epidemias. Ha proporcionado formación en epidemiología a los profesionales de la salud de Mali, por ejemplo, y ha ayudado a los gobiernos a desarrollar planes de emergencia para hacer frente a un brote de gripe aviar. Más de 30 países han participado en evaluaciones para conocer su capacidad de detectar y prevenir brotes (los resultados, incluso los negativos, se hacen públicos). El progreso es, sin embargo, "todavía frágil" y "requiere financiamiento continuo", según un análisis interno de los CDC.

Actualmente, los esfuerzos para mejorar la colaboración internacional son alentadores. No obstante, no podemos predecir cómo reaccionarían las naciones si se les pidiese apoyo mutuo en el tumulto de una hipotética pandemia.

"Cuando, por ejemplo, hay una gran tormenta costera en el noreste de los EE. UU. o algo parecido al Katrina en la región del Golfo, normalmente llega ayuda de otras ciudades y regiones a la zona del desastre", explica Redlener. En otras palabras, los que no están afectados normalmente apoyan a los que lo están. "Pero una pandemia amenaza a todos, en todas partes. Boston no puede esperar recibir ventiladores adicionales de Nueva York, Washington o Chicago porque esas ciudades necesitarán todo lo que tienen". Los recursos son limitados y, a todos los niveles, desde el vecindario hasta la ciudad y la nación, se activa inevitablemente el instinto humano de cuidar de uno mismo.

"Se requiere mucho trabajo para garantizar que exista colaboración durante una crisis", dice Briand. "La tendencia es que cada país acumule vacunas y ejecute su propio plan de preparación individual. Pero necesitamos agregar una capa supranacional de preparación para asegurarnos de que el primero en ser afectado no acapare todos los recursos. Esto es lo que puede suceder en caso de un evento mundial: el país más rico tendrá acceso a las vacunas y el resto no".

Parte del problema para cualquier persona involucrada en esta situación tan difícil es que es muy difícil anticipar los problemas. La vacunación es, de lejos, la forma más efectiva para defenderse de una pandemia. Sin embargo, como dice Redlener, los engranajes y las ruedas del capitalismo van en contra de la investigación, el desarrollo, la fabricación y el almacenamiento de vacunas (algunas de las cuales caducan dentro de 12 meses). "En un sistema privado de fabricación, desarrollo e investigación", explica, "puede que las compañías farmacéuticas no tengan la capacidad o la voluntad de invertir grandes cantidades de dinero en algo que no sucederá y cuyo retorno no pueden prever".

Mientras, los laboratorios de la Organización Mundial de la Salud continúan trabajando para aumentar la velocidad a la que los medicamentos se preparan con la esperanza de reducir el tiempo de desarrollo de una nueva vacuna de al menos seis meses a cuatro. La velocidad a la que se puede transmitir la gripe es fundamental: la gripe de 1918, en particular, mató a más personas en 24 semanas que el SIDA en 24 años.


Hoy, la Organización Mundial de la Salud ha asegurado 500 millones de dosis de vacunas generales contra la gripe, pero es posible que no sean efectivas contra una nueva cepa de gripe aviar. Estas reservas, dice Briand, permitirán al mundo hacer frente a la primera ola de una pandemia. Pero Redlener, por el contrario, se mantiene firme y afirma que las reservas serán completamente insuficientes. "No tenemos suficientes vacunas que puedan detener una gran pandemia de ningún tipo gripe y menos una pandemia mortal altamente contagiosa".

"El problema es que hasta ahora, la gripe es vista como una enfermedad de países ricos y templados. No es el caso. La gripe está por todas partes. Sin embargo, en muchos países tropicales, donde hay una alta tasa de mortalidad por enfermedades respiratorias, la mayoría de veces ni siquiera saben que se debe a la gripe"

Las políticas nacionales e internacionales tienen un papel crucial en la creación de nuevas formas de colaboración necesarias para hacer frente a una potencial pandemia. Sin embargo, como demuestran el Brexit y el aumento de la retórica nacionalista en el escenario mundial, esta colaboración está fundamentada en bases cada vez más inestables.

"Donald Trump ha sido muy abierto acerca del de 'América Primero', que es retrógrado e inapropiado en lo relativo a casi todos lo problemas principales a los que se enfrenta el mundo: economía, salud pública, cambio climático", dice Redlener. De hecho, en sus primeras semanas en el cargo, Trump propuso recortes drásticos a las agencias gubernamentales que trabajan para detener los brotes letales en su origen.

Durante el brote de ébola en 2014, Trump tuiteó que los trabajadores humanitarios estadounidenses no deberían volver a América del Norte ("¡QUE SE QUEDEN FUERA DE AQUÍ!", escribió), para que no propagasen la enfermedad. Es una forma de pensar que sugiere que Trump sería reacio a enviar ayuda estadounidense para ayudar con brotes en otras naciones. "Fragmentar nuestros países solo aumenta la amenaza que representa una pandemia", dice Redlener.

Para la Organización Mundial de la Salud, la necesidad de una colaboración internacional continua es crucial no solo en el caso de una pandemia, sino también en simulacros y construcción de defensas para tal evento. "La preparación requiere un esfuerzo continuo", dice Briand. "Los mecanismos solo son fuertes si los usas con frecuencia. Las personas cambian, las directrices cambian, por lo que se debe realizar ejercicios de simulación constantemente para asegurarse de que el plan está actualizado y realmente preparado para hacer frente a lo inesperado".

¿Para cuándo podemos esperar que aparezca otra gripe aviar? Todos los expertos entrevistados para estos artículos dijeron que no solo es probable que aparezca una pandemia importante, sino que es peligrosamente inminente.

La Organización Mundial de la Salud actualmente está monitorizando varios virus de la gripe aviar que, según Briand, "tienen potencial pandémico". Entre ellos está el recién descubierto H10N8, una enfermedad de origen desconocido que mató a su primera víctima humana en China hace cuatro años. Desde entonces, el CDC ha monitorizado más de 300 brotes en 160 países y ha rastreado 37 patógenos peligrosos en el último año.

Claramente no estamos preparados. ¿Cómo lo íbamos a estar? No se puede hacer un simulacro del colapso de la sociedad. Los sistemas de salud en todo el mundo ya tienen dificultades en satisfacer las necesidades de nuestras poblaciones en lo relativo a su crecimiento y al envejecimiento, como para además hacer frente a las que surgirían tras una catástrofe pandémica. Mientras tanto, la xenofobia y otras posturas nacionalistas e introspectivas son contrarias a la política internacional y la colaboración necesaria para evitar que un brote local se convierta en una pandemia.

En su artículo de opinión de enero, Bill Gates escribió que se siente optimista y que, con un poco de esfuerzo, la humanidad aún podría evitar lo peor. "De aquí a una década, podremos estar mucho mejor preparados para una epidemia letal si estamos dispuestos a poner una fracción de lo que gastamos en presupuestos de defensa y nuevos sistemas de armas en preparación para la epidemia".

Pero esa voluntad está, como lo dice Redlener, "aún por manifestarse". Hasta que se manifiesta, continuaremos viviendo bajo la amenazadora sombra de unos pájaros que vuelan por el cielo gris.


miércoles, 22 de abril de 2020

Recordando el virus VIH


¿Qué es VIH y qué es SIDA?
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (conocido por sus siglas SIDA, o AIDS en inglés), es causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH, o HIV por sus siglas en inglés). El SIDA (referido en este documento de ahora en adelante como “sida”) es la etapa más avanzada de la infección con el VIH, el virus que causa que una persona desarrolle sida eventualmente.
Con el transcurso del tiempo, el virus ataca y destruye el sistema inmunológico del cuerpo (el sistema responsable de proteger al cuerpo contra las enfermedades; también referido como sistema inmunitario). Una persona que no tenga un sistema inmunológico completamente funcional corre el riesgo de contraer una variedad de infecciones que no afectan con frecuencia a las personas sanas. A estas infecciones se les denomina infecciones oportunistas. Las personas con el VIH también están a un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el sarcoma de Kaposi, linfoma y cáncer de cuello uterino, entre otros problemas de salud. Muchas de estas afecciones ponen la vida en peligro.
Más de un millón de personas en los Estados Unidos viven con la infección del VIH, y alrededor de 500,000 están viviendo con sida. Las mujeres representan alrededor de 1 de cada 4 casos de personas infectadas con el VIH en los Estados Unidos. Cada año, alrededor de 50,000 personas se infectan con el VIH en este país.
Mundialmente, alrededor de 35 millones de personas viven con VIH/SIDA. Más de la mitad de estas personas vive en la parte subsahariana de África y alrededor de la mitad son mujeres.
Transmisión del VIH
El VIH puede transmitirse de una persona a otra cuando la sangre o algún fluido corporal (semen, secreciones vaginales o leche materna) de una persona infectada ingresa al organismo de una persona no infectada. Entre las vías de transmisión se incluye:
  • Sexo vaginal, anal u oral sin protección con una persona infectada.
  • Compartir jeringas y otros utensilios en el consumo de drogas con personas que tienen el VIH.
  • Exposición prenatal (antes del nacimiento) y perinatal (durante y justo después del nacimiento) de recién nacidos por sus madres con el VIH.
  • Lactancia de madres infectadas con VIH
  • Productos de transfusión sanguínea que contienen el virus.
  • Trasplante de órganos de donantes infectados con el VIH.
  • Heridas profundas o accidentes que los profesionales médicos (por lo general, piquetes con agujas que fueron usadas en personas infectadas) mientras atendían o manipulaban la sangre de pacientes con el VIH.
El VIH no se transmite a través de los mosquitos, garrapatas ni otros insectos. Tampoco se transmite por el contacto casual como las conversaciones, saludar de mano, estornudos, compartir platos (trastes), compartir baños, teléfonos o computadoras, ni a través del agua. No se transmite a través de la saliva, las lágrimas ni el sudor.
Las transfusiones de sangre y los productos sanguíneos causaron algunas infecciones con el VIH a principios de la década de 1980. Gracias a las nuevas precauciones y a las pruebas detalladas en los bancos de sangre, este riesgo ha sido casi completamente eliminado.
Prevención de la infección con el VIH y del sida
Debido a la forma en como el VIH se transmite, existen formas para evitar la infección con el VIH y prevenir el sida.
La mayoría de las infecciones con el VIH en todo el mundo se dan mediante las relaciones sexuales entre personas no infectadas con personas infectadas. Por lo tanto, no tener sexo sin protección con personas infectadas puede prevenir la mayoría de las infecciones con el VIH. Si ambas personas en una pareja no están infectadas, y ambas evitan cuidadosamente las actividades que podrían ocasionar la infección con el VIH (ambas personas siendo monógamas y sin compartir jeringas con nadie), entonces el sexo sin protección puede ser seguro. Utilizar un condón de látex o plástico de principio a fin cada vez que tenga actividad sexual con alguien de quien no tenga certeza sobre su estatus de VIH puede disminuir su riesgo considerablemente.
La segunda causa más común de infección con el VIH es por compartir jeringas usadas y otros utensilios similares con personas que consumen drogas inyectadas y que son portadoras de este virus. Para dichas personas, la forma más segura de evitar el VIH es simplemente dejar de inyectarse. Sin embargo, algunas personas no pueden abstenerse por sí mismas, o requieren de ayuda para poder abstenerse, lo cual puede que no permita que dejen el hábito de inmediato. Para estas personas, el uso de jeringas y utensilios de inyección esterilizados (p.ej. artículos nuevos y sin que vuelvan a utilizare una segunda vez) puede ser útil para su protección. Algunas regiones cuentan con programas para asegurar que los consumidores de drogas tengan acceso a jeringas nuevas (esterilizadas). Casi en todos los lugares donde han iniciado estos programas, se ha reducido el número de nuevas infecciones con el VIH entre las personas que se inyectan estas sustancias.
Para la gente que está en riesgo elevado de infección con el VIH, tal como los consumidores de drogas inyectables y las personas cuyas parejas tienen el virus, tomar cierto medicamento (tal como una píldora diaria) es otra forma que ayuda a reducir el riesgo de infección. A este método se le conoce como profilaxis pre-exposición o PrEP por sus siglas en inglés. Las personas que emplean la PrEP deben tener la disposición y disciplina de tomar la píldora cada día y acudir al médico cada varios meses para someterse a pruebas periódicas de VIH, reabastecer sus recetas y hacer el seguimiento correspondiente.
En el caso de una posible exposición al VIH durante una situación específica, tal como un condón que se haya roto o algún otro tipo de exposición de una persona que podría tener el VIH, existe una opción de “tratamiento a la mañana siguiente” para procurar reducir el riesgo de infección. Este tratamiento consiste de tomar medicamentos contra el VIH todos los días durante las cuatro semanas siguientes. Esto es más propenso a ser eficaz si se administra dentro de 24 horas tras la posible exposición al virus, y en raras ocasiones se llega administrar a más de 72 horas después.
Las madres con el VIH pueden transmitir el virus al bebé ya sea durante el embarazo, el parto o mientras lo amamantan (la lactancia). Es posible reducir en gran medida este tipo de infecciones mediante tratamiento con medicamentos contra el VIH para las madres infectadas y los bebés, así como emplear una cesárea durante el parto y evitar amamantar el bebé.
Los trasplantes de órganos y tejidos de donadores humanos conllevan un riesgo muy pequeño de VIH y otras infecciones, pero los donantes son sometidos a pruebas minuciosas para reducir el riesgo tanto como sea posible.
¿Cómo se diagnostica la infección con el VIH?
Debido a que la infección con el VIH frecuentemente no presenta síntomas por años, una persona puede tener VIH por mucho tiempo y no saberlo. Las personas con frecuencia creen que han sido sometidas a la prueba para el VIH solo por el hecho de haber acudido al médico por a un examen general de salud. Esto a menudo no es cierto. Aunque los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, siglas en inglés) de los EE.UU. recomiendan que todas las personas de 13 a 64 años se hagan la prueba del VIH por lo menos una vez, a menudo esta prueba no es realizada con la frecuencia debida salvo que haya algún tipo de problema médico, un embarazo o si se solicita la prueba directamente.
La mayoría de las veces, una persona que se somete a la prueba lo sabe, aunque hay algunos casos en que no se le informa a la persona que estará siendo sometida al examen, como las personas que ingresan a servicio militar y algunas personas que envían su solicitud para pólizas de salud o de seguro de vida.
Si tiene alguna duda sobre su estatus de VIH, hable con su médico o acuda a algún centro de salud donde se realicen las pruebas. Para someterse a la prueba del VIH sin que sea necesario que proporcione su nombre y dirección (prueba anónima), es posible comprar un juego de recolección sanguínea en la farmacia o por Internet, o acudir a un sitio de pruebas anónimas. Algunos departamentos de salud pública también ofrecen la realización de pruebas del VIH de forma anónima.
Las personas infectadas que evitan someterse a la prueba del VIH podrían no enterarse sobre su infección hasta que hayan ya comenzado a desarrollar síntomas o incluso sida, mientras que al someterse a la prueba del virus, es posible detectarlo fácilmente y administrar el tratamiento antes de que la persona enferme gravemente.
Pruebas para detectar la infección con el VIH
El VIH es detectado con mayor frecuencia mediante las pruebas de detección que analizan los anticuerpos contra este virus (las proteínas del sistema inmunológico) en la sangre. Otras pruebas analizan los anticuerpos en fluidos de la boca (saliva). Cuando el cuerpo se infecta con el VIH, comienza a producir anticuerpos contra el virus para tratar de combatirlo. Aunque estos anticuerpos no pueden combatir el VIH, por lo general pueden encontrarse en la sangre y en otros fluidos corporales dentro de varias semanas de haberse dado la infección. Las pruebas de detección del VIH buscan la presencia de estos anticuerpos, y no al virus en sí. El virus es más difícil de detectar que los anticuerpos.
Las pruebas del VIH están disponibles para usted en muchos centros de atención médica (consultorios de los médicos, hospitales, clínicas locales y clínicas del departamento de salud del estado). Y también hay pruebas que se pueden adquirir en las farmacias para tomar las muestras en su casa. Usted mismo puede someter la muestra a prueba o enviar la muestra a un laboratorio.
Clínicas y consultorios médicos
En las clínicas y los consultorios médicos, las pruebas se realizan a menudo usando una muestra de sangre obtenida de una vena o punción de un dedo, aunque también es posible realizar la prueba a través de los fluidos de la boca.
Algunos tipos de muestras se envían a un laboratorio para realizar las pruebas, y los resultados están disponibles a partir de unos cuantos días, hasta un par de semanas. Por lo general, los lugares donde se realizan pruebas prefieren que usted regrese en persona por sus resultados.
Algunos consultorios médicos y clínicas ofrecen pruebas rápidas para VIH. Estas pruebas de detección consisten de analizar la sangre o la saliva, y ofrecen resultados preliminares dentro de media hora.
Pruebas en el hogar
Existen también dos tipos de pruebas que se pueden hacer en casa. Para un tipo de prueba, usted roza con algodón el interior de su boca para obtener una muestra de fluido para someterse a prueba al colocarla en un tubo especial. La prueba puede arrojar resultados en alrededor de media hora. Para el otro tipo de prueba, usted obtiene una pequeña muestra de sangre de su debo y la envía a un laboratorio. Usted puede obtener los resultados por teléfono dentro de algunos días.
Las pruebas que se realizan en casa se pueden comprar en la mayoría de las farmacias o tiendas similares. Aunque usted puede comprar equipos de pruebas legítimos de algunos comerciantes en línea, puede que otras pruebas que se vendan por Internet no sean confiables. Por lo tanto, asegúrese de obtener una prueba de un sitio de confianza.
Resultados de la prueba
Si el resultado inicial de cualquier tipo de prueba de detección es positivo (es decir, que se encontró algo que podría señalar la presencia de anticuerpos contra el VIH), no siempre significa que la persona está infectada con el VIH. Se requerirá hacer otras pruebas para confirmar la infección. Si usted está usando una prueba casera, debe consultar con un médico, el cual realizará más pruebas para asegurarse del diagnóstico.
Si la primera prueba da resultado negativo (es decir, que no se detectaron los anticuerpos contra el VIH), en la mayoría de los casos no se requerirá de pruebas adicionales. Pero es importante mencionar que un resultado negativo de la prueba no implica una garantía de que la persona no esté infectada. A menudo toma varias semanas (y en algunos casos más tiempo) antes de que haya una suficiente cantidad de anticuerpos en la sangre o en otros fluidos corporales como para ser detectados. Las pruebas realizadas antes de esto puede que den resultado negativo, incluso si la persona está infectada. Para asegurarse que una persona no tiene el VIH, ésta debe someterse a pruebas a los 3 meses tras su exposición sospechosa más reciente.
¿Cómo se define el sida?
Una persona puede que tenga la infección con el VIH y no tener sida. El sida ocurre cuando la infección con el VIH ha dañado gravemente el sistema inmunitario, un proceso que puede tomar años. En los Estados Unidos y otras naciones industrializadas, el tiempo promedio entre haber contraído el VIH y el haber desarrollado el sida en etapa avanzada es de aproximadamente 10 años en caso de que la persona no reciba tratamiento, pero en algunas personas esto puede ocurrir en menos tiempo.
El VIH daña al sistema inmunológico al infectar y eliminar las células CD4 (linfocitos-T colaboradores), un tipo de glóbulos blancos. En las etapas más avanzadas de la infección con el VIH, la pérdida de estas células resulta en un debilitamiento del sistema inmunológico, lo cual fomenta que surjan las infecciones oportunistas (infecciones que un cuerpo sano generalmente combatiría), algunos tipos de cáncer y otros trastornos a la salud.
  • El CDC define sida como una prueba sanguínea positiva del VIH, junto con una de las siguientes condiciones: Un recuento CD4 menor a 200 células por milímetro cúbico de sangre (200/mm3). Un recuento CD4 normal es entre alrededor de 500/mm3 a 1,600/mm3.
  • Una afección oportunista de mayor importancia, entre las cuales se incluye ciertos tipos de cáncer, infecciones y síndromes que con frecuencia se asocian al sida, independientemente del recuento CD4.
¿Cómo es el tratamiento contra la infección con el VIH y el sida?
El tratamiento contra la infección con el VIH y el sida es complejo, y las enfermedades que surgen repentinamente pueden causar problemas graves e incluso poner la vida en peligro. Debido a esto, es muy importante someterse a tratamiento con un médico o profesional clínico que tenga experiencia en tratar a personas con el VIH y sida.
El tratamiento contra el VIH y el sida tiene tres principales metas:
  • Restaurar y preservar la función inmunológica.
  • Mantener el nivel del VIH en el cuerpo tan bajo y por la mayor cantidad de tiempo como sea posible.
  • Prevenir, curar o controlar las infecciones oportunistas.
Cada uno de estos objetivos contribuirá en la calidad de vida de la persona al mejorar su salud y reducir su riesgo de padecer enfermedades graves junto con los efectos del largo plazo que ocasionan. Un tratamiento eficaz prolonga la vida.
El tratamiento principal contra el VIH actualmente hace uso de tres o más medicamentos contra el virus que se toman diariamente, lo cual es útil para bloquear su reproducción (evitar la formación de más de virus). El tratamiento contra el VIH con medicamentos a menudo es referido como terapia antirretroviral (o ARV) debido a que el VIH es un tipo de retrovirus. Las combinaciones de antirretrovirales que son muy eficaces en detener el desarrollo del VIH a veces es referida como terapia antirretroviral de gran actividad (HAART por sus siglas en inglés).
Hay docenas de antirretrovirales que pueden usarse en distintas combinaciones. La combinación óptima del tratamiento con antirretrovirales varía de acuerdo a la persona, la etapa de la enfermedad y ya sea si la infección de la persona es resistente o no a cualquier medicamento, entre otros factores. Se podría requerir intentar con distintas combinaciones y con el tiempo puede que se requiera cambiar de medicamentos. Cada medicamento conlleva cierto riesgo de efectos secundarios, lo cual requiere ser hablado con su médico antes de que se empiece a tomar. Como parte de la atención de pacientes que toman antirretrovirales, los médicos reciben a los pacientes y consultan con los laboratorios frecuentemente.
Al desacelerar el crecimiento viral y mantener al sistema inmunológico tan saludable como sea posible, el tratamiento ayuda a reducir el riesgo de ciertos tipos de infecciones, los tipos de cáncer relacionados al sida y otros problemas de salud. Con un tratamiento eficaz, la enfermedad progresa más lentamente y las personas viven por más tiempo. No obstante, no se cuenta con una combinación de medicamentos que realmente cure la infección, por lo que es importante que la gente bajo tratamiento continúe tomando sus medicamentos. A veces dos o incluso tres medicamentos del VIH vienen incluidos en una o dos píldoras para hacer que el tratamiento sea más fácil de seguir y tomar. Ya sea que los medicamentos sean tomados conjunta o separadamente, se requiere de un seguimiento y exámenes minuciosos para asegurarse de que el tratamiento aún está siendo eficaz.
Puede que las personas infectadas con el VIH no requieran someterse a tratamiento inmediatamente. Debido a que el VIH es una infección que progresa lentamente y sabiendo que los antirretrovirales producen graves efectos secundarios con el transcurso del tiempo, el momento ideal para comenzar con el tratamiento no se ha determinado de forma concisa. Pero los médicos han determinado que por lo general hay mejores resultados cuando los antirretrovirales se administran antes de que el sistema inmunitario se haya deteriorado gravemente. La mayoría de los médicos coinciden en que un tratamiento contra el VIH deberá comenzar cuando la infección está causando síntomas graves o el recuento CD4 de la persona se reduce por debajo de un nivel determinado. Puede que también haya otras razones para considerar comenzar con el tratamiento.
Otras medidas que pueden tomarse para apoyar al sistema inmunológico involucran el tomar buenos cuidados de sí mismo(a), como:
  • Comer sanamente y hacer ejercicio de forma habitual.
  • Controlar el estrés.
  • Evitar las infecciones (lo cual puede incluir mantenerse alejados de personas que están enfermas, practicar la seguridad en la alimentación, obtener ciertas vacunas, tomar antibióticos y emplear las prácticas más seguras durante la actividad sexual, entre otras precauciones).
  • Dejar de consumir productos del tabaco y otras drogas.


Última revisión médica completa: agosto 20, 2014 Actualización más reciente: agosto 20, 2014