JUAN JOSÉ RIVAS MORENOHistoriador Londres
Actualizado: 12/01/2015 16:49 horas
40 años del régimen de terror de los Jemeres Rojos
instaurado en 1975
Pol Pot y el genocidio de Camboya
El abandono forzoso de las ciudades y la ruralización
fueron el comienzo de una represión y reeducación brutal que hizo retroceder al
país a la Edad de Piedra
Se calcula, acabó con la vida de 1,7 millones de
personas, aproximadamente la cuarta parte de la población, uno de cada tres
hombres
Un cable diplomático estadounidense fechado el 17 de Abril
de 1975 que puede leerse en la biblioteca de archivos revelados por de la
organización Wikileaks, y calificads como confidenciales, afirma: "el FBI
ha corregido el nombre del Primer Ministro camboyano de Tol Sat a Pol
Pot". Ningún otro documento de los miles recogidos por Wikileaks (que cuenta
con la colección de cables diplomáticos de Henry Kissinger, del ex presidente
Carter, y con el Cablegate filtrado) hace alusión a Tol Sat - o Pol Pot - antes
del 17 de Abril de 1975, un año después de que los Jemeres
Rojos ocuparan la capital camboyana de Phnom Penh. Instauraron
un régimen de terror cuyo legado sería el genocidio más grande
de la Historia en términos porcentuales.
En el mismo telegrama, entre secciones tachadas como
"secretas" que aún no han sido desclasificadas, se describe cómo, al
enterarse de la nueva identidad del líder de los Jemeres Rojos, las autoridades
estadounidenses en Bangkok, aliado tradicional de EEUU en el conflicto de
Vietnam, preguntaron al coronel Bou Thit por la identidad del tal Pol Pot.
La respuesta del coronel fue inmediata: se debía de tratar
de Phophat, quien había estudiado en Francia con Ieng Sary y Hou Yuon, líderes
de los comunistas camboyanos. Pero tal como ocurre con las etiquetas 'Pol Pot'
y 'Tol Sat', 'Phophat' no aparece en ningún telegrama norteamericano de la época,
y tampoco ha sido confirmado que fuera uno de los apodos de Pol Pot, nacido
Saloth Sar.
El secretismo por bandera
El nacimiento de los Jemeres Rojos, su subida al
poder, y el origen de su brutal líder Pol Pot eran un
enigma. Esta confusión era el resultado obvio de la percepción de la Guerra
Civil Camboyana (1970-1975) como un escenario lateral de la guerra que se vivía
en Vietnam. Camboya se vio envuelta en el que fue el mayor conflicto de la
Guerra Fría cuando el Vietcong, el brazo armado de los comunistas de Vietnam
del Norte, invadió zonas fronterizas en 1964 con el propósito de abrir un
segundo frente contra los americanos fortificados en Vietnam del Sur.
Richard Nixon explica los bombardeos realizados en Camboya
después de haber negado su existencia.
La situación se agravó con la decisión del
presidente Nixon de bombardear Camboya (sin declaración de guerra
alguna) en 1969. Durante cuatro años, EEUU lanzó 108.000 toneladas de
explosivos, causando entre 40.000 y 120.000 muertes. En 1970, acorralado por la
situación, el rey de Camboya, Norodom Sihanouk, se marchó en una imprevista
gira internacional. En su ausencia, el líder militar Lon Nol llevó a cabo un
alzamiento que depuso al rey y proclamó la República Khmer.
El núcleo del Partido Comunista Camboyano se formó a raíz de
la inestabilidad en Indochina, y fue un protegido del Vietcong desde el
principio. Las guerrillas camboyanas que lideraban Pol Pot y Ieng Sary entre
otros, llevaron a cabo una guerra de hostigamiento contra la República
Khmer a la vez que permitían el paso de tropas norvietnamitas a
Vietnam del Sur. Según Henri Locard, Pol Pot adoptó las técnicas del Vietcong,
que incluían la construcción de una falsa imagen pública no comunista,
el secretismo absoluto y el uso de la violencia. Con este fin, los Jemeres
Rojos cortejaron al rey Sihanouk en el exilio, a quien tanto la República Khmer
como los Estados Unidos consideraron el motor del movimiento comunista en
Camboya desde su residencia en Corea del Norte, hasta la victoria final del 17
de Abril de 1975.
La victoria y el genocidio
La retirada de los EEUU de Vietnam del Sur
en 1973, y la conquista de éste por Vietnam del Norte, dejaron a la República
Khmer completamente aislada y sin esperanzas de obtener una victoria sobre los
Jemeres Rojos, que apenas contaban con unos 80.000 milicianos. El 12 de
abril, los EEUU evacuaron a todo su personal diplomático y a
sus ciudadanos en la llamada Operation Eagle Pull. Apenas
cinco días más tarde, los Jemeres Rojos tomaban Phnom Penh e instauraban la
Kampuchea Democrática. El régimen del terror se inició con la forzada
"ruralización" de todas las poblaciones urbanas: el 18 de abril Pol
Pot ordenó la evacuación de los 2 millones y medio de habitantes de Phnom Penh,
incluyendo heridos y enfermos, en una brutal marcha que marcó el inicio del Año
Cero.
El régimen del terror se inició con la forzada
"ruralización" de todas las poblaciones urbanas
Kampuchea Democrática se convirtió en un
infierno para sus ciudadanos, y en un enjambre de números en las estadísticas.
En la imaginación de los Jemeres Rojos, el antiguo reino de Angkor
brilló siempre como modelo. Fiel a la tradición despótica de los antiguos
emperadores jemeres, Pol Pot instauró un régimen que se convirtió en un
auténtico retorno a la Edad de Piedra: las ciudades fueron
abandonadas, toda actividad que no fuera la agricultura, perseguida. Llevar
gafas era razón suficiente para ser ejecutado sumariamente, y al final de la
época Jemer, tan sólo se encontró un abogado con vida en toda Camboya.
Sospechando de sus vecinos y antiguos aliados
norvietnamitas, Pol Pot se situó al lado del maoísmo chino en la
escisión que tuvo lugar entre los países comunistas a la muerte de Stalin,
mientras la URSS mantuvo su alianza con Vietnam en contra de China. Los viejos
aliados se convirtieron en enemigos, y las purgas se extendieron al Angkar, la
propia organización del partido.
El genocidio camboyano, se calcula, acabó con la
vida de 1,7 millones de personas, aproximadamente la cuarta parte de la
población. Las cifras, sin embargo, son aún más dramáticas según el sexo: uno
de cada tres hombres camboyanos murió a manos de los Jemeres Rojos. La
ruralización forzosa se materializó en campos de trabajo donde se
trabajaba 20 horas de 24, con un día de descanso cada diez, y donde un
gran número de personas murieron de inanición o de puro agotamiento. En
las ciudades abandonadas, el régimen creó prisiones y centros
de exterminio como la famosa prisión-museo de Tuol Sleng,
donde se dice que murieron aproximadamente 20.000 prisioneros, y de la que sólo
escaparon doce personas con vida.
Tuol Sleng se hizo famosa por su brutalidad: los
prisioneros recibían palizas y torturas basadas en descargas
eléctricas y colgamientos, y a veces se les hacía comer sus propias heces y
beber su propia orina. Varios internos fueron utilizados en experimentos
"médicos" sádicos: se les abría sin anestesia y se removían sus
órganos, o se les desangraba gota a gota para descubrir el punto de expiración.
Como Tuol Sleng existían más de 150 prisiones similares.
Una historia en la sombra
Otro cable diplomático estadounidense fechado el 29 de
septiembre de 1977 describe conversaciones mantenidas entre autoridades
americanas no especificadas y rebeldes camboyanos enemigos de Pol Pot. En el
telegrama, los rebeldes apuntan a una situación desastrosa en Camboya, donde
"[los rebeldes] estiman que la población se ha reducido en la mitad".
A pesar de que esta afirmación es claramente exagerada (aunque los vietnamitas
la utilizarían posteriormente), es una prueba irrefutable de que existían
rumores y documentos que apuntaban a un desastre humanitario. Durante
los años en que los Jemeres Rojos ostentaron el poder, tanto los
vietnamitas como los chinos intentaron ocultar por
todos los medios las barbaries de sus protegidos.
El fin de Angkar y Kampuchea Democrática puede atribuirse a
un error de cálculo político. En Diciembre de 1978, un ejército vietnamita
invadió Camboya como venganza por los asaltos de los Jemeres Rojos a las aldeas
fronterizas. En aquella ocasión, la brutalidad de Pol Pot espantó de
tal forma a sus aliados más poderosos que incluso China
permitió que los Jemeres cayeran en desgracia sin enviar soldados a
defender a su marioneta maoísta. Fue sólo entonces cuando los vietnamitas, con
el fin de granjearse a la opinión pública, publicaron imágenes y datos sobre
las atrocidades del régimen camboyano. En esta ocasión, sin embargo, el rechazo
y la oposición a que se juzgasen a los líderes Jemeres vino de Occidente.
La ayuda de EEUU a Pol Pot
La invasión forzó a los Jemeres Rojos a refugiarse en las
junglas, donde hostigaron a las tropas vietnamitas. Tanto Tailandia como China
no se encontraban cómodos con un ejército aliado de la URSS en territorio
camboyano. Ambos estados encontraron apoyo en EEUU e Inglaterra,
países que, a pesar de haberse opuesto a los Jemeres Rojos, no querían
hacer peligrar su relación con China, que en aquellos momentos ejercía
un papel como contrapeso de la URSS. En su documental sobre Camboya Año Cero,
el periodista anglo-australiano John Pilger demostró que las guerrillas
de Pol Pot recibieron armamento británico y apoyo estadounidense en su
lucha contra los vietnamitas a través de Singapur, cuyo Primer Ministro, Lee
Kuan Yew, defendió a los Jemeres Rojos y acusó a la prensa de haber exagerado
las matanzas al nivel de genocidio.
Durante el gobierno de Pol Pot, las únicas noticias que se
recibieron en el exterior fueron proporcionadas por corresponsales de guerra
que se habían refugiado en la embajada francesa, como John Swain, el fotógrafo
Al Rockoff, o Sydney Schanberg y su ayudante Dith Pran, en quienes se basa la
película Los Gritos del Silencio de Roland Joffé. Las
cifras del genocidio no fueron analizadas, y los juicios internacionales por
Crímenes contra la Humanidad organizados, hasta la retirada de los vietnamitas
en 1989 y la formación de un gobierno de coalición en 1991, en el que también
entraron a formar parte los Jemeres Rojos.
Un final amargo
La llegada de la misión internacional y la creación de una
monarquía constitucional no trajeron consigo la deseada persecución legal.
Norodom Sihanouk protegió a los Jemeres Rojos, a los que antaño había liderado,
y el país se transformó en un régimen que algunos han calificado de corrupto y
nepotista. Sihanouk ofreció en 1998 el perdón real a los líderes más
importantes, tales como Ieng Sary, amigo íntimo de Pol Pot - quien murió en cautiverio
unos meses antes, sin ser nunca juzgado -, su esposa Ieng Tirith, y la mano
derecha de Pol Pot, Nuon Chea. De nuevo, según Locard, China pareció no tener
ningún interés en que se juzgase a sus antiguos protegidos.
Del mismo modo, la ayuda internacional, enviada
únicamente por Oxfam y UNICEF, era insuficiente. Organizaciones
internacionales como la Cruz Roja sufrían, según Pilger, presiones por parte de
gobiernos occidentales para que no se enviase ningún tipo de ayuda humanitaria
mientras los vietnamitas ocuparan el territorio camboyano. Las fuentes se
contradicen acerca de la ayuda de Oxfam y UNICEF: según Pilger, los vietnamitas
también enviaron recursos al pueblo camboyano, mientras que Locard asegura que
la mayoría de los suministros enviados por Oxfam fueron retenidos por el
ejército libertador.
No obstante, la abdicación en el año 2004 del rey Sihanouk
parece haber dejado las puertas abiertas a un nuevo proceso legal. En
2007 se abolió el perdón real, y Ieng Sary, Ieng Tirith, Nuon
Chea, y Khieu Samphan, fueron detenidos y condenados a cadena perpetua (Ieng
Sary murió el 14 de marzo de 2013 en Camboya). Del mismo modo, Kang Kek Iew, el
líder del aparato policial Sentubal y máximo responsable de los centros de
exterminio como Tuol Sleng, fue condenado en 2009 a cadena perpetua.
El genocidio jemer dejó cerca de 1,7 millones de muertos, un
33% de los hombres del país en 1975, y un 15% de las mujeres. En
términos porcentuales, éste ha sido el mayor genocidio de la historia, con
uno de cada cuatro camboyanos muertos. Una historia que ha sido acallada
durante mucho tiempo por conveniencias políticas y estratégicas, y que
se diluye en el anonimato de los 100 millones de víctimas estimadas que los
regímenes comunistas de todo el mundo dejaron por herencia en el siglo XX, más
que la Primera y la Segunda Guerras Mundiales juntas.
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