LUCY MARTÍNEZ
ZUZUNAGA·MIÉRCOLES, 4 DE SEPTIEMBRE DE 2019·2 MINUTOS
Los hijos se van; hay que
aceptarlos con esa condición, hay que criarlos con esa idea, hay que asumir esa
realidad.
No es que se van; es que la
vida se los lleva.
Ya no eres su centro. Ya no
eres la autoridad, No diriges, aceptas.
No mandas, acompañas. No
proyectas, respetas.
Ya necesitan otro amor, otro
nido y otras perspectivas.
Ya les crecieron alas y
quieren volar.
Ya les crecieron las raíces y
maduraron por dentro.
Ya no les caben las raíces en
tu maceta, ni les basta tu abono para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu
protección para vivir.
Quieren crecer en otra
dimensión, desarrollar su personalidad, enfrentar el viento de la vida, a la
sombra del amor y al rendimiento de sus facultades.
Tienen un camino y quieren
explorarlo, lo importante es que sepan desandarlo, tienen alas y quieren
abrirlas.
Tú quedas adentro. En el
cimiento de su edificio, en la raíz de su árbol, en la corteza de su
estructura, en lo profundo de su corazón.
Tú, quedas atrás. En la estela
luminosa que deja el barco al partir. En el beso que les mandas. En el pañuelo
que los despide. En la oración que los sigue. ¡En la lágrima que los acompaña!
Tú los llevas siempre en tu interior, aunque cambies de lugar.
Haz la vida de tus hijos tan
feliz, que cuando partan, piensen en regresar, aunque solo sea para tomar tu
mano y estar sólo un instante junto a ti 😘
__
CLAUSESPIRITAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario