domingo, 27 de abril de 2014

El diablo en la catedral


Se le ocurrió al diablo  ir al te deum de la catedral
Solamente para incordiar con  los crédulos como
 que el agua bendita aleja  su deidad maligna
¡Mentira! Puso sus garfios en la pila y no pasó nada.
 El diablo  disfrazado de común gentil no fue detectado
Sentado en el tercer banco  púsose ver ecuménicas personas
Llamadas egregias personalidades de la ciudad
Se reía para sí, a todos conocía de qué pie flaqueaba
Torció más   su nariz ver al feligrés  adorar santos de yeso
En  su reino él no se lo permitía a pesar que podía obligarlo
Cuando pasó el presidente sus miradas se encontraron 
Vibraron sus  interiores Y ambos se sonrieron

Haciendo veloz  empatía como si se conocieran.

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