lunes, 1 de septiembre de 2014

Escarmiento

En  la ciudad de Lima, ciudad de los reyes, ante la vista del virrey Márquez de Montesclaros, se realizó un auto de fe en la Plaza de Armas. De madrugada el indio Paucar fue conducido hasta un tabladillo con una gorra o capirote, y se le humillo públicamente con esputos y vituperios. Acto seguido se dio inicio al gran juicio. … finalmente el indio Hernando Paucar,  atado a un tronco, fue sentenciado  a sufrir doscientos azotes y ser desterrado a la Araucanía donde se ignora si sobrevivió.

Al atardecer se quemaron en una enorme pira todos los objetos idolátricos traídos desde Huarochirí: diecisiete camisetas de cumbi, treinta y dos tamborcillos o tinyas, treinta keros de madera paras las libaciones ceremoniales, cientos de atados de parafernalia para hacer hechizos, ídolos rotos, piedras, esculturas de maderas, momias e innumerables huesos de los antepasados. Los prendedores, detentes, vasijas y ornamento de metal preciosos fueron abollados y pasaron a los fondos del cura Francisco de Ávila.

(Del libro Dioses y Hombres de Huarochirí, traducida por  José María Arguedas)

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