sábado, 20 de septiembre de 2014

Baladro

Suelo levantarme temprano, tres a cuatro,
(Ya lo dije, no se porque me paso repitiendo)
Para escribir pero… ¡temprano hace tanto frío!
Preferiría hacerlo en mi cama
recogiendo trasero y  espalda
sobre la pared acojinada, recostando
en dos sendos almohadones, aun así
no resistiría más de diez minutos; 
punzaría dolor mis vertebras lumbares.
No me queda entonces que  levantarme,
apoltronarme a la mecedora de papá:
un tablero colocar sobre sus brazos,
un cuaderno sobre el tablero y escribir.

Suelo levantarme temprano, tres a cuatro,
(Ya lo dije, no se porque me paso repitiendo)

¡Ah ya!, la madrugada de ayer, algo gracioso:
Calzado con medias gruesas de lana,
una frazada polar  doblado en dos
engarzada de mi cintura hacia abajo
tal cual calzón gaucho de pampa argentina;
cubierto mi espalda  con una mantilla de bebe
y como gorra un cucurucho con  borla a un lado.
Noté, el largo de la frazada  barría el piso sucio.
Abrí la puerta que va al corredor,
cogí la escoba y limpiaba a las tres de la madrugada.
¡Cuál habrá sido mi facha!
La muchacha nueva de la casa al levantarse
 e ir al baño al verme me confundió
con un ser sobrenatural  y soltó un grito de pavor
que me hizo soltar la escoba.

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