Cristina Lagarde,
máxima autoridad del FMI señaló: Las 85
personas más ricas en el mundo, que cabrían cómodamente en un autobús de dos pisos, controlan la misma
cantidad de bienes que la mitad más pobre de la población mundial, es decir, 3.500
millones de personas…Llama a la construcción de un capitalismo inclusivo donde
el verdadero papel del sector financiero sea prestar servicio a la economía, y no gobernarla.
Keynes advirtió en 1934: el capitalismo internacional,
decadente pero individualista, en cuyas manos nos encontramos después de la
guerra (primera), no es un éxito, no es inteligente, no es hermoso, no es
justo, no es virtuoso. En pocas palabras, nos disgusta y comenzamos a despreciarlo.
Pero cuando nos preguntamos qué pondremos en su lugar, nos encontramos
extremadamente perplejos…
(Cristina cree que es posible que los capitalistas sean solidarios , inclusivos, con los pobres? Yo creo que no.
(Cristina cree que es posible que los capitalistas sean solidarios , inclusivos, con los pobres? Yo creo que no.
Piketty sostiene que el Ingreso es igual al Costo de
la empresa más el Beneficio. El Costo
viene dado por la Inversión en capital más la Inversión en contratar
empleados, que llama Inversión en Salario. Asume una productividad del 100 por
ciento (del PBI) exageradamente superior al promedio del 5%, aun así, dice sobre la economía capitalista: Sin embargo se
mueve (lo que demuestra que la tasa de retorno es mayor que la tasa de
crecimiento)
¿Qué se hace entonces con los Beneficios? Pues, sencillamente
se los reinvierte, en capital y en salarios, se continua reinvirtiendo más en
capital que en salarios. Pero no se reinvierte todo, queda un saldo, que se
destina legítimamente para el consumo o utilidad del empresario… Crecerá la renta
o ingreso, crecerán las ganancias, crecerá la acumulación en capital, crecerá la inversión en capital , pero no
propiamente el salario.
En algún momento, sin embargo, esta fabulosa relojería
se detendrá. No porque caiga las ganancias , no porque caiga la inversión en capital
y la inversión en salario, sino porque las ganancia aun creciendo no alcanzan
para cubrir las propias exigencia del mecanismo auto impuesto. Adviene entonces
la crisis: hay empresario que quieren invertir, hay trabajadores que quieren
trabajar, pero las fábricas y las inversiones disminuyen, hay desempleo, se acentúa
la desigualdad hasta que la economía se vuelva a recomponer a la buena o la
mala. El fantasma de Marx proyectara su
silueta: el verdadero límite de la producción capitalista es el mismo capital. Si la crisis se resuelve a
la mala, seguirá el camino que señaló Schumpeter: drenaje, triunfo de la empresa
más fuerte, destrucción creativa, violencia y aun guerras.
Si es a la buena seguirá el camino del capitalismo
distributivo que diagrama Jeremy Rifkin
en La civilización empática: el camino pacifico orientado por las elites empresariales, gubernamentales
y de la sociedad civil con el fin de hacer sitio a una tercera revolución industrial de
carácter distributivo y participativo, el triunfo del homo empahticus sobre la perversa entropía del capitalismo
actual.
(de Hildebrant en sus trece)
(de Hildebrant en sus trece)
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