sábado, 30 de agosto de 2014

Rellamar

César, estaba enamorado platónicamente de su prima Ennia a quien nunca se le había declarado y ella nunca había soltado un resquicio  por donde penetrar la palabra amor.
César se comportaba como un primo solícito que no dejaba de llamarla por teléfono cada cierto tiempo, solamente para saludarla (aunque ella no tenía, creía él, ni siquiera guardado su número de teléfono).

-¡Hola Ennia, cómo estás!
-¡Bien, que tal!, ¿qué me cuentas?
-Todo bien sin novedad…

Conversaron varios minutos esperando César un intersticio pero Ennia solo mostraba indolencia y frialdad. Entonces, repentinamente, de lo que estaba bien la línea oye  al otro lado que alguien interrumpe la  conversación a Ennia  con alguna mala noticia porque se silencia un momento y luego Ennia,  súbitamente, cambia su estado emocional  -César oye todo por el teléfono- y se pone a gritar y llorar  y después de largos segundos  antes de cortar la línea grita Ennia: ¡Mi papá ha muerto, mi papá ha muerto!...
César, sorprendido y afligido,  esperó un momento  para que Ennia  pudiera, en algo, recuperarse y confirmar la noticia y marcó la tecla RELLAMAR y se comunicó de nuevo con Ennia .
-¿Qué pasó Ennia?  Preguntó  César simulando que no había escuchado bien.
-¿De qué hablas? No entiendo,  respondió displicente Ennia, y por la voz le notaba  sosegada y tranquila.
-Te llamé  hace un momento, aclara César, y te pusiste de improviso a llorar...
-¡No, qué va! ¿De que voy a llorar? Tú cortaste el teléfono y me puse a seguir planchando mi ropa, nadie se acercó al teléfono, y tanteó: ¿Habrás llamado a otra persona en el segundo intento?
Con la duda en la punta de la mente y los labios solo le quedó a César aceptar  diciendo: Seguramente así ha sido; y conversaron unos minutos más  y a través del hilo pudo comprobar la tranquilidad de Ennia en su voz. Y se despidieron.
Pero César se quedó pensativo.  No había marcado dos números diferentes entre la primera y la segunda llamada Era el mismo número, solo que en el segundo intento presionó la tecla RELLAMAR. Aun así, la cosa quedó ahí, sin explicación ¿Quién se la iba ha dar?

 Después de dos  meses se encontró con Ennia por el jirón de La Unión con su enamorado, Ennia le presentó y, César, haciendo tripas corazón, le dio mano , y pronto preguntó, ¿Qué novedades?
Y Ennia le cuenta:
¿Te acuerdas la última llamada que tuvimos?, justo, un día después  mi papá falleció.

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