martes, 19 de agosto de 2014

Prevaricar


Son las autoridades  de más responsabilidad en este país, en su gran mayoría, codiciosos, coimeros que redunda en otros subalternos que copia  como los alcaldes de los villorrios de los lugares más alejados del país.
Y en ello tenemos en parte la culpa, el usuario.
Por ejemplo aquellos empleados de la municipalidad con quienes nos hemos granjeado su amistad para beneficiarnos por alguna gestión o exoneración y luego queremos retribuirle nos despide efusivo con un abrazo: No es nada amigo, no es nada, estamos para servirle.
Entonces  pensamos, por un momento, que las cosas para bien están cambiando en la municipalidad.
¡Falso, esa gente no cambia!, estamos equivocados.
No les gusta mostrarse en la oficina pública ante la campaña  anticorrupción es una cosa pero otra es que se agencien de la dirección fiscal o domiciliaria de nuestros documentos que lo tienen a su disposición y nos visiten cualquier día cercano, en muestra oficina de negocio o de fábrica.
Escudriñan, antes de preguntar por nosotros, hábilmente, en un santiamén la ponderación del negocio: Si es un pequeño  pide tanto y si es grande tanto más. Ahora vienen a cobrar. Pero con una excusa, se nos presenta y nos dice que estaba de paso y nos recuerda que  faltaba complementar al expediente algún detalle. Y nos persuade, sutilmente,  la mordida, a la coima.
Bueno, alguien dirá que nosotros los contribuyentes debemos tener documentos al día y evitar sanciones pero las normas están cargadas en exceso de cumplimiento que cumplirlas al cien por ciento,  sencillamente, el proyecto de preservar un negocio iría pronto al fracaso.
Las grandes empresas líderes de país no es que cumple al ciento por ciento las disposiciones tributarias sino por medio de intermediarios, lobbies,  promueven que  la ley se reglamente a su manera. A la carta.
o, sino,  la republica peruana se convierta en una república empresarial donde los empresarios prestan sus ejecutivos al gobierno en los misterios estratégicos  para cogobernar el país pero  a sus empresas no se les fiscaliza.

Lo que sucede en chiquito sucede en grande. Hay lobistas como León Alegría , Alberto Quimper que están al tanto de los extranjeros que quieren invertir en el país y les allana el camino para sesionar a puertas cerradas con las autoridades pertinentes cuyo fin es eludir tales normas o dictar leyes de excepción que los inversores exigen, al presidente de la republica  Hay ejemplos por mayor en este país.
 Para cualquier empresario común  el monto sobre el cual se calcula las bonificaciones, tiempo de servicio, etc es el Sueldo Mínimo Vital, nadie puede variar tal. En cambio, las empresas transnacionales de tiendas por departamentos, por ejemplo, han conseguido la dación de una ley que para pagar los años de servicios de un trabajador utiliza el monto imponible bajo, o sea si el monto sobre el cual calcular ,actual,es de 750 soles, que los hacen las pequeñas empresas para estas transnacionales  emplean un monto imponible  menor, por ejemplo 200 soles. De esta manera un trabajador de Ripley chilena que se retire con 18 años de laborar en esa empresa recibe un escuálido  monto de retiro.
Y el gobierno no puede salir a  favor de trabajador porque  esa es la condición que las trans. han impuesto para invertir en el país. Y muy orondo el gobierno se pavonea: Somos un país de confianza, de crédito, vienen a invertir  de afuera.  Pero los trabajadores siempre son la última rueda del coche.

 

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