A veces llego en dos horas de viaje, en micro,
Solo por ver su curso, el desplome del sol
Hasta su desaparición en el horizonte marino.
Veo antes como el sol proyecta su
luz crepuscular
Sobre cerros de los andes que en
Lima están cerca
Y esa luz lánguida, ahora, se acerca a la costa
Y se sumerge entre islotes de San Lorenzo.
Aves que anticipa la noche en el acantilado
Pequeña embarcación que viene de alta mar;
Un bañista desafiante en la postrimería del día,
Nada entre dos inmensidades: cielo
y mar.
Matices de luz, hay, si pongo mucha atención
Que modifica el color de la superficie marina.
Cubierto su manto regreso reconfortado, como
Si mis dudas el crepúsculo se lo hubiese llevado.
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