miércoles, 20 de agosto de 2014

Parques sin bancos


Existe  la doble moral no solo en  políticos sino también en el buen vecino que acude a misa a recogerse espiritualmente infaltable los domingos pero los asientos, los bancos, de sus parques para uso público   lo quitan para que no se sienta ningún transeúnte. Esto generalmente sucede en los barrios residenciales y algunos de media clase.
Deduzco  que han determinado quitarlo   de su lindos parques para que  delincuentes, disimuladamente sentados leyendo un periódico , hagan reglaje sobre la hora que salen los propietarios y la casa quede al gobierno de la persona más vulnerable  y pueda robar;  o, de repente, no les gusta que un indigente vencido por el cansancio se eche a lo largo del banco dando mal aspecto; o, no les gusta, que jóvenes del mismo barrio se reúnan un sábado alrededor de un banco con una portátil a todo volumen y algún pack de cerveza y luego meen sus lindos arboles.
Sea cual sea la razón, o sean todas,  pero es un parque público, y se debe respetar la necesidad del necesitado del asiento. ¿Par que van a la iglesia entonces? A pesar que paguen sus tributos no son dueños de  él, sino que el municipio los consientes y a su solicitud retira los bancos.
Si Jesús pasara por su parque disfrazado de hombre común y estaría cansado de tanto caminar no tendría donde sentarse, menos, una samaritana criolla que le alcanzara un vaso de limonada. Aun más, ni echarse en el verde césped porque hay cartelito que lo prohíbe o un sereno que le estridencia  su silbato.
No solo ello, cierran las bocacalles con rejas inmensas  para evitar el acceso a sus veredas.
 
Y también las tiendas por departamento que ocupan grandes áreas solo hay asientos en el patio de comidas y no en otras secciones, por ejemplo, en el área de bancos, de  servicios, en los pisos superiores, en los sótanos, en las playas. Si quieres descansar de tanto trajín tiene que ir al patio de comidas donde están atiborrados los módulos de expendio de comida chatarra , manjares refinados y dañinos, y las mesas,  los asientos,  subliminalmente, los empleados  exigen que si no vas a consumir debas dar paso o otro que sí lo va hacer, o si has terminado de  consumir   , igual, debas dar paso, de inmediato, a otro que espera.

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