En los 80 se hizo famoso por realizar operaciones cerebrales
para curar la adicción a la cocaína de sus pacientes. Ahora les doy 20 a 30
filtros de hoja de coca para combatir su adicción y lo mismo les recomiendo a
los que se son adictos a la marihuana. Me dicen, doctor, no puedo dejar de
consumir. Entonces les aconsejo que se la coman, que la machaquen o la
conviertan en infusiones si necesitan relajarse. Está a favor del uso médico de la marihuana como ocurre en
otros países porque, según él, se ha comprobado sus propiedades medicinales, si
un paciente está con cáncer terminal y quiere fumarse su troncho de marihuana
para relajare no se le puede prohibir, pues. No se le puede imponer normas a un
moribundo, refiere.
Los aspectos positivos de la marihuana hay que usarlos pero
la adicción es lo que trato de prevenir. No apruebo que los menores fumen
marihuana hasta que desarrollen su sistema nervioso, pero si alguien la necesita
por salud se le puede dar para que la ingiera por la boca o a través de pastillas.
Ese es mi postura. Si alguien necesita marihuana entonces que se la coma porque
no va a ser dañina como cuando la fumas porque ahí produce problemas pulmonares.
Y muestra su libro Médicos contra pacientes (de Hildebrandt en sus trece, 199)
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