lunes, 30 de septiembre de 2013

Sacar un diente


Realmente soy una marica  de miércoles. Dejé una nota debajo de mi almohada: Má (mamá), voy a sacarme un diente, si algo  pasa está mi testamento debajo del viejo televisor Silvana.
 Preferí un consultorio de un hospital   y no ir a uno de la calle porque en aquel había un cuerpo neurológico de calidad, al menos, eso fue la referencia que indagué. O sea, de los x hospitales de Lima escogí ir  al más apropiado para sacarme un diente.
Realmente soy  una marica  de miércoles. Yo, que tanto escribo y digo que no se debe tener miedo a la muerte, que se debe llevar en la mochila diaria  como algo natural que  deba suceder intempestivamente; yo, que me reía de ella, sin embargo, no aguanté dos noches de  dolor.
Se me subió la presión emotiva a 160/180, justamente, cuando me sentaba en la silla del dentista, tenía  escozor en la cara, dolor en el cuello (aunque este dolor lo tengo por una escoliosis) Se me metió en la cabeza que podría darme una ACV (Accidente cerebro vascular) por la anestesia.
  Además, mi temor me impulsó  escribir una tarjetita a pulso de mi mano tembleque  en el caso  quedara parapléjico:  la dirección y teléfono   de dos  familiares cercanos.
Realmente soy una marica  de miércoles. Cuando todo salió  sin novedad y corrí a casa a desaparece las precauciones de la hoja antes que lo notaran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario