No la entiendo, no,
¿Cómo pudo
botar por la borda tanto camino andado?
Cierto, caminamos, último, senderos escabrosos pero hubo un
antes
qué, despertábamos
con entusiasmo,
se animaban
nuestros sentidos
y nos abrasábamos en hado celestial.
No la entiendo, no,
¿Cómo pudo botar por la borda tanto camino andado?
Había noches que el vahído y la fiebre de un crío
nos despertaba y urgía atención médica de emergencia
y, ambos, presurosos rasgábamos la noche en pos de ayuda.
No la entiendo, no,
¿Cómo pudo
botar por la borda tanto camino andado?
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