El único que me extraña es mi gato,
eso pensé cuando lo vi por el pasadizo la última ves
que fui ha dejar los víveres de la semana.
Mi gato miagaba de alegría, cabreaba como nunca.
Pensaba que volvía
de viaje y me iba quedar
para, no más, volver
ausentarme.
Corrió escalera arriba y esperar abriera mi cuarto
y le propinara,
como solía, pellet de whiskas
pero pronto daríase cuenta que no era así,
su cabecita no
daba cuerda porqué volvía ausentarme
y el no podía seguirme por la calle.
El único que me extraña es mi gato,
eso pensé, pero
lo noté más gordo
pensé que se
iba ir o morir de pena
Era a mí a quién solo seguía
No se dejaba agarrar con nadie
Pero no, el hambre le hizo nuevas migas
con los que
antes no le hacían caso:
mi gato no tenía orgullo como yo .
Se amigó a sus nuevos proveedores.
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