viernes, 27 de septiembre de 2013

Axioma de vida

No me voy ha olvidar la última mirada lastimera que dio el vecino,
a su propiedad, desde la puerta de un taxi a punto de ser metido en el.
 Estaba malito de salud, apoyado en  brazos de su mujer e hija salieron.
Luego de su postrer mirada  lo embarcaron al hospital para no volver.
Ellas pensaron,  seguramente, un viaje más  de las varias que hicieron.
 El diose cuenta  sería el último y esa aflicción se anidó en su mirada.
Antes de entrar al taxi  diose vuelta sobre su hombro y miró su edificio
que tanto le costó forjar (cuya tienda en el primer piso  alquilaba mamá)
 En aquella mirada dolida e inteligente sentenciaba un axioma de  vida:
 Nada se lleva, todo  queda, se vive  poco de luz y se vuelve a lo oscuro.



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