miércoles, 11 de septiembre de 2013

Jennifer Lopez


Generalmente (digo, generalemente, haciendo hincapié que hay los que no comulgan con el sistema),  grandes artistas venden su imagen, su arte, por dinero: no les importa de dónde provenga, cómo, no les importa que el jefe de un país esquilme el erario a sus súbditos con tal que se les presente un contrato millonario, aun sí es  función  personal.
 En el cine,  la mayoría de actores, sin ética,  no les importa el guión que se les entregue  si es jugoso el contrato.

Por ejemplo, J. Lo ha cobrado un millón  y medio de dólares por un show al presidente de Turkmenistan en el cumpleaños 56  de Gurbanguly Berdimukhamedo  en un resort en el mar Caspio, régimen conocido como una de las más represoras del mundo.

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