-Hay una vaca muerta en la cañada ¿Hasta cuando va a estar?,
pregunta uno de los gauchos a su acompañante en la inmensidad
y, a la vez, soledad de las pampas.
-Pregúntale a la vaca, Tarzan, respondía éste desdeñosamente pero dirigiéndose con sorna al perro
-Hay que arreglar el alambrado, insinuaba otro dia, uno de los dos, y la contra parte respondía:
-¡Que chocolate por la noticia! No, Tarzan
Así vivían ambos peleando con las palabras pero el impedimento era el perro que, ignorante de lo que acaecía, era cariñoso con ambos
Hasta que un día el perro invadió una hacienda vecina por comida y murió envenenado
A los pocos días ,encontraron muertos a la la pareja a balazos en un recodo del camino
No había Tarzan que lo impidiera.
(Eduardo Galeano)
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