Había vecinos comerciantes que eran duros para dar propina a pesar que tenían varios anexos a su tienda
Aun así, al desvalido que le pedía miseros centavos no le daba
En cambio, a mi tienda, solían venir familiares alicaídos, amigos en desgracia y en una alto de mi faena me contaban sus penurias,
Luego, me tendían la mano con la palma hacia arriba y yo que no tenia riqueza les daba
Algunos me devolvían pero la mayoría, no
A pesar de todo, si volviera a nacer y si el Hacedor me preguntara como cuál de los tipos de persona expuestos querría ser, presto, diría: como la que fui
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