lunes, 24 de septiembre de 2012

El arete

Recuerdo, una mañana de hace muchos años
mientras limpiaba con thinner un mueble de metal
 de la biblioteca debí de estar fastidiado de algo
Grité con vos áspera  a mi segunda hija-tengo dos -
que estaba tratando  manosear con sus manitas
la herida supurante de nuestro perro
que le manaba de la oreja izquierda
El perro  solía salir a la calle,
debió  contagiarse con otros  perros
y  no sabia que hacer.
 La tintura que le hice y le apliqué no le curaba
El perro y mi niña de seis años desaparecieron de  escena
y me olvide  de ellos y volví a terminar mi trabajo casero
Luego, en la mesa, a la hora del desayuno
noté que mi hija faltaba.
Salí al jardín y la vi en un rincón, sentadida,
cabecita gacha,  brazos cruzados en su regazo,
apoyada en la pared su espalda, llorando;
y se deshizo más mirándome

Era la primera ves que le gritaba
no reparé en el estruendo de mi voz
me apuré en cargarla y pedirle perdón
mientras ella se desgañitaba

Hace poco,
día de su cumpleaños numero 26 , soltera, sin novio
le di unos aretes de plata fina en forma de corazón
por encargo de mi madre que me los dio para darle
Habrá notado que la caja no era nueva  y dijo:
No quiero cosas de segunda y me lo devolvió
¿Seguirá molesta por aquello, de antes? me pregunto,
luego, en mi cuarto,  devanando   el recuerdo,
buscando cuál hecho le afligió tanto.
Mi hija es un tema ,no me animo a detallarlo
 pero es un tema grande y lacerante

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