Después de una siesta reparadora desde media tarde
la noche irrumpió sin que haya visto su tránsito
Despierto, la pequeña radio al costado de mi almohada
emisora que no ha tenido siesta
ha estado desgaznatándose sin que le escuche
Despierto, una hermosa balada da por inicio
Al sueño que he tenido se engancha el ensueño
Echado aun , la jitanjáfora acude de esta manera:
Estoy por ingresar a un set de televisión
corresponde mi turno en un grupo de postulantes
Oportunidad esperada para ganar el concurso de canto
Joven, de ventitantos años con camisa negra,
saco beige, sin corbata;
alto, delgado, mi cabello esponjoso
Oigo los trinos de la la misma canción de mi radio
El preludio de la canción detiene el pianista
me da permiso a que empiece a cantar
No lo hago, tieso como bate de béisbol estoy
La cámara ponchándome , el director de escena
hace seña a que empiece a cantar
No lo hago, tieso como bate de béisbol estoy
No es nerviosismo ni pedantería
Me siento dueño, estoy concentrado
Quiero crear expectativa a todos
Empiezo a cantar,
suave, con buena impostación de voz
solo mis labios fuerzan al canto
solo, mi mirar, trasluce los que canto
Par de minutos largos de pantomima
el resto del cuerpo como bate de béisbol
En el intermedio de estrofas
sorpresivamente, doy brinco como un felino
al centro del escenario
y quedo nuevamente tieso
pero, ahora, brazos y piernas en desconcierto
Empiezo a cantar la segunda estrofa
-recuerden es una balada de amor-
poco a poco, lentamente,
conforme avanza la canción
voy recogiendo brazos y piernas
para quedar como al comienzo
Cuando termino algarabía en la platea
las muchachas tratan cogerme
la seguridad les regresa
Murmuran ¿De dónde salió éste? ¡Qué buen cantante!
Me despido y tras el telón tú, Zeli, me das un abrazo.
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