jueves, 28 de marzo de 2013

¡Yo debí morir!

Aquel anciano de 68 años dedicado al transporte de material de construción, como sus hijos, no se percató en la noche(no llevaba sus lentes de medida) que adelante había estacionado  un volquete  con las luces de peligro y cono de seguridad habilitados y, a pesar, lo embistió
Además arraso a  los dos individuos que estaban debajo de la tolva arreglando  un desperfecto del mismo, matándolos en el acto
Cuando el anciano descendió de su unidad y al acercarse a a los cuerpos se dio cuenta que eran sus dos hijos de 45 y 24 años dedicados al mismo oficio
Cuando llegó el fiscal de turno  aun el anciano no dejaba abatirse, en su llanto  lamentaba:
 ¡Yo debí morirme y no mis hijos!
Sucedió en el km 8 de la carretera Mazamari-San Martín de Pongoa, Junin

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