viernes, 8 de marzo de 2013

Ay, río santa (Tiempo de lluvias)


El domingo último  Eugenio Valverde  (39) participaba en una fiesta  de carnaval donde  contento bebió harto licor
Cuando regresaba a casa, mareado, al cruzar por el puente Quillcay que divide la ciudad de Huaraz con el distrito de Independencia, Eugenio cayó en la aguas del río Santa cuya corriente lo arrasó varios kilómetros
Al día siguiente la policía ubicó un cadáver con el rosto prácticamente desfigurado y con ayuda de un familiar de Eugenio  de 75 años, ciego de un ojo, procedieron a identificarlo.
Por la tarde entregaron el cuerpo a la familia que lo llevó a  casa para velarlo como lo hicieron
Al día siguiente cuando ya lo iban a llevar al camposanto, la familia Valverde recibe la noticia de otro cadáver hallado en el Santa pero, esta vez, portaba su DNI que  identificaba  al verdadero Eugenio Valverde
Apenas llegó en la carroza el nuevo cadáver  embarcaron en el mismo  al usurpador, sin comitiva alguna, sin  aparato floral, sin plañidera que le llore  De repente fue un indigente que rogaba –en el arcano- no  hallaran tan pronto al otro.
Me pregunto, ¿y si el tal Eugenio de la fiesta se hubiese venido a Lima por unos días con una simpática huaracina sin avisar a nadie?

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