domingo, 3 de marzo de 2013

Día de perros



Cuando alguien abusaba  la confianza que le depositaba, o no cumplía un proveedor lo pactado me alteraba sobremanera y estando decepcionado por ello, algo más coronaba el mal día
 en mi tienda:  llegaba un cliente a pagar su deuda  y exigía que se le renovara el crédito (aun por  un monto mayor, y discutíamos); o venía el inspector municipal con ganas de aplicar una multa para lo cual escudriñaba todo, o en su defecto, llegaba amistosamente  me granjeaba  adulaciones para después pedir  un dinerito en  préstamo que nunca devolvía
 Renegaba  hasta del vecino ambulante que a cada rato venia a pedir a usar  el inodoro y luego  hacía  par de  chistes tontos y creía  pagado el favor ¡Hasta de eso me molestaba!
Entonces, cerraba la tienda temprano y me iba ha  caminar por cualquier sitio.

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