viernes, 22 de marzo de 2013

Piedra ámbar



Uno
Se admira al amigo haber tenido agallas desposar  a una mujer hermosa, inteligente, con maestrías en el extranjero, entonces, sin que nadie nos diga nada nos abstraemos, nos cohibimos -con la mujer que tenemos-, sin que para ello haya sido la  intensión del amigo que de a poco nos vamos distanciando…
Dos
Somos  país de imitadores, imitamos  fruslería, sintonizamos las bajas frecuencias.
Tres
Hay personas que podrán amasar dinero multiplicando n veces su capital inicial, sin embargo, su aire pueblerino: chusco, sin brillo, no cambia   No usa su dinero –ignora, lo que es peor-  adquirir una  buena biblioteca, por ejemplo, o  ilustrarse visitando el museo de Louvre o haciendo  turismo por Venecia o Florencia para cambiar su espíritu.
Tres
Cuando discurseaba el viejo barbado mantenía uniformidad en la cadencia de su voz, ni  lento ni  rápido pero, claro, hasta el más alejado del salón le oía, sin embargo, lo que decía provocaba acaloramientos, pasiones en la masa pero él mantenía su ritmo.
Cuatro
Hace cien millones de años una araña atrapaba en su red a una avispa. La araña percibió la presencia  y corrió dispuesto a devorarla Cuando iba con ese afán le cae una gota de resina de árbol petrificando al arácnido y a la víctima convirtiéndose, para la posteridad, en piedra ámbar con el engaste mejor labrado que cualquier artista hubiese hecho.


No hay comentarios:

Publicar un comentario