He tenido errores en la vida, pocos, pero todos ellos garrafales El
concepto que tuve sobre ser egresado de
la universidad era ser idóneo,
competente
Mi deducción estando a poco de terminar fue que no lo era
La enseñanza que recibí fue deprimente, nada científica, cero en
laboratorio, cero en investigación, solo me llenaban los cuadernos de derivadas e integrales
Mis profesores con magro pago eran desdeñados de mi propia universidad
de filiación aprista por ser mi facultad una
de las dos de orientación
marxista (la otra era Sociología) No teníamos ni local propio y cada año
lectivo teníamos que mendigar aulas de
otras facultades hasta que por último,
para escarmiento, nos arrimaron al costado de la Casa del Pueblo, entonces dejé
la universidad.
Como decía, los profesores eran
mínimamente adiestrados ante la irrupción reciente de la IBM que estaba
en ciernes en el país 1970-75
A pesar de haber aprobado el 90% del currículo abandoné todo, uno de
mis errores garrafales. Decidí suplantar o continuar el negocio de mi padre
Hubiese querido que alguien en
ese momento me dijese:
“¡Oye amigo!, la experiencia y
verdadera profesionalización lo
vas alcanzar in sito,
en el campo , en el trabajo( en mi caso, en áreas de producción de las fábricas); cuando
estés dirigiendo un grupo humano u optimizando la mejor producción de una
máquina y su entorno, entonces, tendrás forzado a actualizarte en una escuela de prestigio, con cursillos en
mejores universidades o en el
extranjero”
Además, era tiempo de la dictadura militar donde expropiaron
tierras en el interior(“la tierra es de quién la trabaja”, pregonaban
los milicos) y las fábricas de Lima
cerraban o se iban a otros países vecinos.
Pero nada de eso es disculpa Pienso que uno mismo edifica o aflige su
futuro
Preferí ser cabecita de ratón creando mi propio negocio Tenía 28 años.
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