viernes, 8 de marzo de 2013

Anna Ajmátova


(Por el día de la mujer:)

“Y si alguna vez quisiera la ciudad
erigir un monumento en mi memoria,
podría ese honor recibir complacida,
 con tal de que no lo alzaran nunca
ni a la orilla misma del mar donde nací
-mis lazos con ese mar ya los he roto-,
ni junto a mi árbol sagrado, en el jardín de los zares,
donde una sombra yerra y me busca desolada,
 sino aquí, donde permanecí  trescientas horas
ante rejas que para mí no se abrieron.
Porque temo olvidarme en la paz de la muerte,
las ruedas del siniestro furgón negro,
los golpes de la puerta que hemos odiado tanto
y el aullido de la anciana, como animal herido.
Que desde los yerros párpados de bronce
fluya –y sean esas sus lágrimas- la nieve derretida,
que arrullen a lo lejos las palomas del presidio
Y bajen silenciosos los barcos por el Neva.”

Anna Ajmátova (Poeta rusa, erigida en un monumento a la orilla del río Neva
Frente a la prisión Kresty en la que su  hijo, su marido y tantos de sus amigos sufrieron prisión y murieron)

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