martes, 17 de junio de 2014

¡Zas!


 
Si duda, el empleado que tienes te está robando no te precipites, me digo. No hagas escándalo sin prueba firme. Eso si, mantente a la expectativa. Si es ladrón lo volverá hacer. Y cuando lo descubras... ¡zas!

Por aquellos últimos años  de mi tienda,  por lo menos, tenía  más   tiempo a observar los movimientos de mis empleados. El municipio cobraba religiosamente por arbitrios y baja policía pero por nuestra cuadra no mandaba el maldito furgón que recogía la basura. Los locatarios vecinos teníamos que contratar personal extra para que botara la miseria acumulada en la trastienda en un latón y llevarlo a un   contenedor a seis cuadras de distancia.  Tenía un empleado que solícito me sugería en horas vacías llevar la basura ¡Cosa rara porque eso no era su deber! Luego de unas veces de su asistencia  sospeché porque no era nada agradable  llevar  un latón de basura en una carretilla de dos ruedas  en seis sendas cuadras largas.

Aquella última vez cuando me pidió llevar el latón de basura  ya lo tenía atado a la carretilla. Consentí pero antes le di otra comisión: depositar unos cheques en mi cuenta corriente en un banco cercano.

Y fui  inspeccionar la botija  y como sospeché  encontré en el fondo  varias gruesas de un producto almacenado en los estantes de la trastienda.

Cuando volvió,  cerré la reja tras él,  le llevé al lugar  incontestable,  le encaré sin grosería y ,terminado,  le despedí sin ningún  miramiento ni  le  pagué  ninguno de sus derechos.

Una empresa particular, supongo, con alguna variación a ésta  actuará así  pero  las empresas públicas ante un hecho delictivo de sus funcionarios en el 99 por ciento no hay sanción. En el gobierno todo huele mal como, por ejemplo,  la decisión fina del Ministerio de Defensa y de la FAP (Fuerza Airea del Perú)  de comprar una nave italiana de trasporte que hace solo un año y medio estaba cotizada en 10 millones de euros menos que el precio que  acaban de pagar (Hildebrandt en sus trece nº 180)

Sin embargo, nunca les pasa nada a éstos funcionarios corruptos, más bien, los que los denunciaron están propensos a ser querellados.

Dicho de paso, así, en este caso, las FFAA pretenden emparejar al poderío de las fuerzas  chilenas. Nunca.

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