viernes, 20 de junio de 2014

No una sino muchas muertes


 
“…Sobre un sofá tapizado de terciopelo yacían sin vida los esposos. Ambos  apoyados  al espaldar del mueble y las cabezas reclinadas hacia atrás. El, suboficial de  policía, con la cabeza ensangrentada (se había dado un tiro en la sien después de dar otro fatal a su esposa) tenia el brazo izquierdo detrás del cuello de su conyugue y la mano apoyado  sobre el hombro derecho de ella…”

(La República, 8/5/93)

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