-Vengo aquí
porque me entretengo ¿acaso no tengo derecho?
Anastasia tiene 78 años y se juega todas las remesas que
le manda su hijo de EEUU, es nerviosa pero viene con su pastilla para la hipertensión,
le contará después, al viejo barbado, su
amiga Anatolia del cubil siguiente.
-No tengo nada que hacer en mi casa, continua Anastasia.
¿Sabes? Yo tengo mi máquina: Cuando la encuentro ocupada por otra persona le doy una propina al sujeto
para que se vaya.
-¿Porque otra cosa te gusta?, insiste el viejo barbado.
-Es que me gusta el ambiente, me atienden con cariño,
me dan comida, tecito, todo ¡ah! Y el
servicio de comida es gratis y ¡en el
asiento!
-¿Porque no te vas con lo que tienes, si estás ganado
mucho mejor?
-Es que ya está por dar el primer gordo, yo conozco esta
máquina
Anatolia, la
amiga, le había respondido a la misma pregunta:
-Es que tengo que recuperar los180 soles que he perdido
el dinero del baby shower de mi bisnieta…
El viejo barbado ve que en otras maquinas traga perras
hay varias ancianas ludópatas que hace su habitué en estos antros.
A Anatolia se le acabó el dinero y le pide a su amiga
para irse juntas pero Anastasia responde:
-Ahorita me voy
-Eso estás
diciendo desde la una de la tarde, aclara Anatolia, y ya van ha ser las diez de la noche.
El viejo barbado
sale furioso a la calle, ve la
marquesina de luces de león el
desvergonzado letrero Las Tragas.
Hay 698 salas de tragamonedas registrado en el país pero sin el registro hay
muchisimaas mas
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