miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡Son tan jóvenes!

Primera vez que se ven desde que ella dio a luz
Encuentro en el banco de loza de la berma central
tallado a esta  mañana fría de finales de invierno
¡Dios mío, tan jóvenes y hay tristeza en la escena!

Tal ves, él hizo caso omiso al  timbre de teléfono
o se excusó no tener tiempo  la atención para su hijo
que llora al oír, áspera su voz,  o, tal vez, de hambre
¡Dios mío, tan jóvenes y hay tristeza en esta calle!

Simula ella catorce, él dieciséis, fuerzan a ser viejos
Vestido ella como cuando él la llevaba a la discoteca
pantalonera licra fosforescente, botines negros
chaqueta blanca que no le cubre el ombligo
Lleva en brazos al aterido bebe que no se calla

Manos en los bolsillos el joven prueba un hablar raro
No mira a su hijo, mira a los lados, como si temiera
que algún amigo de colegio (u otra chica) le viera
¡Tan jóvenes!, le ha jugado mala pasada  la vida

¡Qué lejos el afán de prodigarse  de brazos al verse!
¡Qué lejos con tener su primer hijo y contentarse!

Obviamente, discuten por su alimento, o su registro
(Ha pasado la necesidad de ella  a segundo plano )
De aquí en adelante siempre demandará  por su hijo
Para él, asuntos nuevos que  le desfloran el oído
¡Jóvenes!, y se esfuerzan por poner la cara de adulto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario