el olor a rancio llegaba de la playa,
tanto, que nos despertó súbitamente
Algo inusitado vieron nuestros ojos
azul egeo de mar tornaba a rojo amarillo
Estábamos Jorge, su familia y yo
apartados de la bulla de la ciudad
A mis anfitriones inusual les parecía
tal cambio a pesar que eran de ahí
"¡Ven, subamos al cerro!" dijo Jorge
Por un camino oblicuo ascendente
entre nogales y cactos en flor subimos
Del alto vimos la pequeña caleta
Parecía boceto de bandera española
Llegaban en botes, vecinos del litoral
curiosos también de lo que pasaba
-¿Qué habrá sucedido?- pregunté a Jorge
No sabía responderme bajamos a enterarnos
Empezó, supimos, en el muelle del norte
Había colapsado la planta aceitera
vertido parte de su depósito al mar
derrame que parecía manto de flores
rojas desprendido por el otoño
Recordé, en el parque cerca a mi casa.
en tiempo que caen las flores naranjas
de los alienados árboles tulipaneros
parecía los tules de los krisnaístas
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