miércoles, 7 de septiembre de 2011

El conejo

Conejito, conejito, pregunto ¿Por qué va crecida tu naricita?
¿Por qué  molestas tanto? ¿No sabes, acaso, serás mi estofadito?
Conejito, conejito, tus ojos acaramelados, blanco es tu pelaje
Al venir, levantas tus traseras patas y quieres que te levante

Conejito, conejito Mi mujer te trajo como regalo a mi hija
Llegaste con tu nívea pareja, compañera que te duró apenas días
Murió al verse encerrada, creo, así que decidimos darte libertad:
podabas el verde césped, corrías  por  los cuartos de la casa

Dormías, abrigabas mis pies mientras poníame a escribir
Expectante esperabas la verdura de la canasta de mercado 

Conejito, conejito, pregunto ¿Por qué va crecida tu naricita?
No sabía que estabas malito, un mal raro que tus días acabó

Me dio pena enterrarte en el jardín donde brincabas y soleabas
¿Cómo es la oración de los conejos? Como responsorio solo dije:
Conejito, conejito, no quería, de veras, hacerte un estofadito
Lo decía por decir, tal vez temiendo esto el pobrecito se murió.


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