jueves, 8 de septiembre de 2011

Dos cantores

Dos cantores han recorrido el mundo varias veces,
sentados, ora, en una pulquería madrileña rememoran
anécdotas acontecidas en prados sud americanos

El solista lampiño propone:
-¡Oye coño! ¿Por qué no hacemos una jira juntos?
Por Bucaramanga empezamos terminamos en Punta del Este

-¿Gilipollas! ¡Ya estoy viejo para esas andadas!
-responde el barbado  de cabello cano y agrega:-
Si bien es cierto canté mis versos al mundo,
eso de subir y bajar aviones ¡Joder hermano! 

-Ya lo sé, prefieres la vida plácida -revela el lampiño-
la cata de cabernet y sauvignon, la marca que has adquirido
¡Por la Virgen de la Macarena! ¡Lo sé todo, pero ánimo!:
Hay en tu trova tal mensaje que extrañan esos lares
¡Te lo juro hermano, armamos una buena!
¡Vernos juntos, las taquillas se arrebatarían!
Cantas tú mis canciones, yo las tuyas.
Hechizados los tendríamos ¿Qué dices?

Entre copas el barbado se va animando
Entre copa de  vino entrevén y pergeñan detalles
de la casi aceptada jira...

Otros, como ellos, en otras disciplinas
 en otras actividades humanas
En un café de Paris, un bar de Central Park
hacen recuento de denodada  y fructífera entrega
e hilvanan nuevos proyectos parecidos

Más, hay muchos más, como yo nada vanaglorian
Ni siquiera pueden comprar el ticket cuando ese par vuelva
Ni sabría que decir cuando mis hijos por ellos me pregunten.


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