por el mal, llamado tristeza del palto
remiso a reverdecer laurel pasado
a pesar de lo que hice por curarle
no me quedó más remedio cercenarle
y quemar sus hojas ramas y tallo
antes que su polvillo contagiara al otro
Algo parecido hacía nuestro antepasado
cuando un súbdito del Inca
no hacia más que enlodar su entorno,
preso, lo subían al cerro más alto del Cuzco
y lo arrojaban inmisericorde al abismo
¡Tanta contemplación a funcionarios!
que roban el dinero del estado
Hagamos como los incas y veremos
como otros temen tomar lo que no es suyo.
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