jueves, 1 de septiembre de 2011

El Chupajeringa

Niño aún, solía salir al camino a jugar
asustando arañas con una varilla
en el orificio de su madriguera
de alguna descostrada pared

Camino, se llamaba a la calle peatonal
donde subían y bajaban  vecinos a laborar,
En  medias tardes veredas silenciosas eran

Camino horizontal a media altura del cerro
de donde se  veía buena  porción de la ciudad

Camino, en parte, encajonados a paredes
la pared posterior de las casas de abajo
y el alto zócalo de las casas de encima,
la mía, tres gradas para alcanzar la puerta
e, ingresando, cuatro más para llegar  al patio.

Cierta vez, vi entrar a mi ventana al Chupajeringa
avispón de lengua puntiaguda
recordé que mamá solía decir:
era antesala para recibir visita ese día 

Estaba expectante quién la cuesta habría de subir
eran pocos  que se atreverían
sus dos hermanos  o algún tío de mamá
 
En efecto, al caer la tarde vi al  tío Tomás,
tío de mamá, su pelona  y sus cuatro pelos atrás,
tez bronceada,  facciones parecidas a mamá

Le daba alcance, me alzaba en brazos hasta la casa
en esta me tenía entre sus piernas haciéndome carantoñas
Yo me dejaba hasta que  soltara la propina
y me desasía para ir a comprar caramelo en La pampa

Mi madre imprecaba "Qué se  dice "
y  yo,  al vuelo,  "Gracias abuelito"  , y volaba.
                                     
                                     *

Hoy, limpiando la ventana, he visto al Chupajeringa
la pregunta es obvia pero parece  que no vendrá nadie
Ya no tengo esa superstición que tenía de niño
El Chupajeringa parece haberme oído
a la casa vecina. se ha remontado.

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