El transporte diario que hago acudir al
trabajo
es como si hiciera en grande el número ocho
en barlovento donde queda mi casa empiezo
a veintidós kilómetros, a llegar a
sotavento
y el regreso de noche por no hacer mustio
a otra vía formando dos anillos hago rodeo
Mi chatarra
volante esquiva camiones frigoríficos
orondo, adelanta y cierra al bus
interprovincial
Se mete la combi -donde viajo- entre dos
trailers
y va siendo la suerte, hasta ahora,
providencial.
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