lunes, 9 de enero de 2017

SAN VICENTE DE PAÚL (Poemario)




               POEMARIO










                                                               JROSUAL     



 PREFACIO          

 Bajo el formato de Poemario narro  algunos hechos (Versión completa) acaecidos cuando ingresé a mi primera escuela.
Hay que anotar que antes -fines de los años 50- no había educación inicial y ello era suplantado por Transición, previo al Primer año que corresponde este relato, y que Transición iniciaba el niño cumplido los siete años y no antes.
Tal escuela era en realidad un convento de las tantas en el país de la Congregación del las Hermanas de la Caridad San Vicente de Paúl.
Ya no existe esta edificación, fue expropiada en la década del setenta para dar paso al complejo habitacional  Manzanilla
Estaba situado a la altura de  la segunda cuadra de la avenida Aviación  entre la calle Uchusuma y García Naranjo cerca a la actual estación Grau del tren eléctrico
Los nombres mayormente figurados aunque hay un par de fotografías que sé que existen y espero encontrarlas para insertarlas
Sin más empezamos.

Jrosual


 PARTE UNO

Alto, el  portón verde de ingreso
No acostumbrado mi vista porque
La puerta de mi casa era pequeña
Y más pequeño eran mis siete años
Sin embargo ella permanecía cerrada
y solo entramos por la puerta chica
labrada a aquella que, además,
una mirilla muy alta tenía

Por esa puerta me introdujo papá
Aquellos primeros días de abril
En que todo me fue diferente
Hasta cuanto antes había vivido
Y mis ojos estaban expectantes
Y urdía: esa puerta abría  mi futuro
Entraba a un mundo de mayores
O de lo que éstos de nos quería

Dentro, como afuera,  paredes altas
Escarchadas en blanco a tenue sol de abril
De pavimento piedrecillas  menuditas
contenía la calzada hasta el ulterior
donde de tope  edificio mediano veía
Orillando arbolillos a los sardineles…
-Sorprendido podía haber paz reinante
ante  la bulla de ambulantes afuera-

Pero no llegamos al fondo a caminar
Quince metros a la izquierda abríase
abertura a la pared y al entrar por allí
Otra vez, al fondo la fábrica de un piso
Al lado izquierdo claramente  una aula
A la derecha una obra que no precisaba
Antepuesto al aula una estatua grande
De una virgen, delante de ella una losa

Fuera de la losa inundaba harta gravilla
Por el flanco izquierdo la misma muralla
Por la derecha un alto como de tres pisos
Con un domo que me sugería una iglesia
Una escalera volante  en varios tramos
Que llegaba a la azotea donde bandadas
De palomas salían curvaban y regresaban
-Donde seguramente un palomar había-

Los niños jugaban en la losa de cemento
Doraban jarrones altos de flores a la virgen
Ya de cerca pude darme cuenta del resto
A la derecha otra aula y la  tala dirección
En medio, una antesala con sendas bancas
y una puerta que daba acceso al interior

Podía ver interiormente más ambientes
Bajo un patio techado daba cabida a
Los sanitarios la  cocina la maestranza
Todo eso miraba desde la entrepuerta
Cuando mi pa me jaloneó a la dirección
do una sor con toca alada almidonada
ajustado cabal a su cara redondeada
sobre su escritorio escribía muy atenta

Mi padre  gentil hombre respetuoso
en todos sus actos lucía y enfatizaba
Me endilgaba como si fuera estandarte
Como si fuera yo la joya de su familia
Cosa que la sor mirándome no creyó
Cortó y se presentó como sor Antonieta
Y  dio alcances del colegio conventual
Que dirigía y era maestra de transición

Dijo: Había primaria completa solamente
para mujeres; pero los dos últimos años
se estaba instalando un proyecto para
varones con solamente dos salones:
Transición y Primero luego habrían más
dependiendo los recursos conventuales

Nos mandó buscar a Flor María, la auxiliar
que en esos momentos se hallaba apurada
en llamar a los niños del patio de jugar
o sea la loza delante de la  virgen tallada
No se preocupe, señor -le dijo a mi padre -
Y no se olvide que salen a las doce y diez
Y lo tiene que traer a las tres de la tarde
Y que la puntualidad aquí mucho se valora

Me asignó los bancos bajos de la antesala
y los grandes reservados al primer año

Flor María era una señora  regordeta
Próximo, presumo, a los cuarenta años
Guardapolvo blanco  botones grandes
Rodete trenzado siempre hacia la nuca
Lunar pronunciado de carne en la mejilla
Blanca con una faz de pliegues arrugados
Yo no podía descifrar si ello se debía a
A una vida muy sufrida o ha tanta ternura

En el lobby  nos hicieron rezar ante la sor
Yo de  rezar en absoluto casi nada sabía

Luego, Flor María una canción nos pedía
Que los niños de primer año ya lo sabían
Cantaban parados fortísimo, al unísono
Por ejemplo aquella exhalación de fe:

Tu reinarás, oh Rey bendito
Pues Tú dijiste: Reinaré
Reine Jesús por siempre, reine tu Corazón
En nuestra Patria, en nuestro suelo,
Que es de María la nación….


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