viernes, 27 de enero de 2017

SAN VICENTE DE PAÚL 19


Tengo además de sed mucha hambre
Extraño a mi abuela que se ha ido
Sobre todo cuando me comisionaba
comprar en la tienda de don Aybar
Antes de regresar a  casa escondía
medio(1)  o un real en los resquicios
de la pared ruinosa –al lado de la puerta-
y le decía a mi abuela al entrar:
¡Abuela, abuelita, ha subido las cosas!
¡No me ha sobrado ni un centavo!
Incrédula rebuscaba mis bolsillos
-me conocía que era mentirosillo-
Luego de la requisa  salía a la calle
a sacar la moneda del escondite
y volaba  a comprar mis caramelos
en la tienda de Aybar para mi deleite
Cuando volvía satisfecho de mi mismo
al pasar por la sala vacía  me seguía
la mirada inquisitiva del cuadro de Jesús
Mirada implacable que me escrutaba
Por los dos cuartos del departamento
sin puerta intermedia que la obviase
Desde la media altura de la pared
me seguía incluso así saliera al patio
Por la ventana, su mirada hostigaba;
Me escondía bajo la mesa patriarcal
atisbaba por el borde del mantel
y nuestras miradas se encontraban
Entonces,  esconderme me era inútil 
Según Jesús lo que hacía estaba mal
Me postraba al cuadro del Corazón
cruzaba mis dedos y le prometía a El:
¡La última señor, la ultimita señor!
y salía presto a la calle con efusión
a jugar al trompo con mis amigos     
Escoger uno que no sea carretón
 ___                                             

(1) cinco centavos, la mitad del real

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