lunes, 23 de enero de 2017

SAN VICENTE DE PAÚL 15


Mi mundo en el cerro: oír el graznar de nuestros patos
Oír el cornetín, pedir plata a mamá cuando estaba
Bajar de la casa vieja a la pampa, comprar un helado

Oblicuo, la caña de guayaquil haciéndome sombra
Mi baúl de tristeza recibía los primeros trastos
Una tonada evangélica – parlante-  llegaba apenas
                         
La sandía estallada descalabrada estaba por llegar
La figura de Prometeo encadenado a la roca 
Nudo a vuelta mordida estaba pendiente en mí

El paisaje que veía desde mi  atalaya  ¡magnifica!
Como herradura el cerro se abría hacia la avenida
Limitada nuestro barrio el  colegio amarillo 581

Al este huertos y corralones, habitúes de negros
-la antigua hacienda Barbones de Los agustinos -
se remplazaba sus huertos por más ladrillos

Un mugido de vaca hacia tremolar el sopor del día
Un morenito indócil huía de la brida de su mama
y corría a pampa traviesa mientras el látigo le seguía

Ni un soplo de brisa ventilaba el bochorno  cargado
Recostado en la caseta de mi perro desde mi cota
Veía abajo -manos a la nuca- cuando de pronto dije:

¡Soportar estos sopores hasta la edad de mi padre!
¿Cuántos años papá tiene? ¿Cuarenta? ¡Cuánto, yo?
¡Qué cantidad de años me falta  llegar a cuarenta!

¡Cuantos veranos ardientes más tendré a soportar?
Conjeturé nuevas experiencias uno a uno llegarían
Tendría otros amigos, amigas ¿Amigas? ¿Qué es esto?

Mis labios tardaron pronunciar: ¿Tendría una enamorada?
Parecía pronunciar una herejía que colegí a la realidad:-
¿Me sucedería  como  sucedió a mis padres? ¿Me casaría?

Perplejo me pregunté ¿Será posible que esto me suceda?
Quedé preocupado largo momento ¿Y cómo será esa vida?
¿No se podría evitar? ¿No se podría solo vivir?,  tonteaba

Coki mi perro me veía algo extrañado y me ladraba
El sol reverberaba la pampa, nadie salía  a pelotear
Mi mente seguía divagando incontenibles temas

¿Llegaría a ser profesional? ¿No? ¿Qué pasaría, si no?
¡Mis padres siempre pendientes de mi? ¿Siempre vivos?
¿Tendrían más hijos? ¿Yo, con hijos? ¡Estaría bien no tenerlo?

Algo que nunca me había pasado: me excitaba la mente
¿Sería que el salvaje calor del mediodía me acaloraba?
No había luz roja para detenerlo y me estaba asustando

Pero la calentura de germinar más y más masticares
Seguían, largos minutos pasaban, incluso, casi tres horas
Las primeras hojas secas caían a la poza subconsciente

Comprendería, después, con el correr del tiempo,
que la vida es como una moneda, no solo tiene una cara
en el reverso lleva el dolor impregnada –sino a cada uno-

Si no fuiste feliz de niño, cuando no seas, no enmendarías
(Pero si lo fuiste, a lo bailado nadie lo quita), el asunto
¿cómo quitarías esos cucos pensamientos que te arribaría?

¿Qué hay más allá de la última galaxia? me preguntaba
Viendo el cielo celeste admirablemente despejado
La pared  pegada al límite del universo ¿qué hay mas allá?

Pero ¡qué diablos me importaba esa cosmogonía anodina!
Era niño aun, no estaba hecho para esas elucubraciones
Toque madera y dije: Tengo que pensar otra cosa, otra cosa


***

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