Entonces fui arañando
al polo opuesto
A pesar de ser niño
recordaba ser un crío
Aunque no lo recordaba
cabalmente:
Mi padre, sentado,
jabonándome el torso,
las piernas, brazos,
desenredaba mi cabello
Diciéndome palabras
como solo él sabía dar
Parado en la batea
con el agua hasta las canillas
Yo curioseaba mi chiche, - aréola cardenalicia-
Esa vez tendría
cuatro o cinco años, no más:
¿Cómo se podría
fechar fielmente los sueños,
los archivos de la carpeta del olvido recoger
en perlas de hielo contenedores
refrigerantes?
Eran domingos cuando
papá no iba al trabajo
Antes del mediodía me
aseaba secaba y vestía;
y me llevaba de la mano al paradero del micro,
A recoger a mamá
en la plaza* donde vendía
Luego íbamos almorzar en un restorán conocido;
Y recalábamos en un
parque, casi, toda la tarde,
Gozando la brisa a la
sombra de enorme aliso
y a veces cuando papá
estaba de buen humor
recalábamos en el
cine para ver El látigo negro
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*antiguo Mercado
Central de Lima
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