martes, 31 de enero de 2017

SAN VICENTE DE PAÚL 23


Como dos perros sentados en  canoa
Mirando el inefable río así íbamos
Esperando el timbrar del timbre
Subir al palomar y ver la vecindad
Conversar con la abuela nonagenaria
Viejita dulce con  su enorme papada

Sin duda no sabíamos  qué era una clase
No nos enfrascamos prestar atención
A pesar que la sor oír nos imploraba
No le hacíamos caso ni Rosado ni yo
Saltar correr subir  nuestra aprensión, ver
cómo volaba la birlocha desde el palomar

-¿Quieres que haga tocar el timbre?,  dijo
-¡Qué va! ¿Vas a ir a tocarlo a la dirección?
-No, voy hacer que toque en este instante
- A ver,  reté ha Rosado y quedé interesado

En un tris sin mi consentir una hebra de pelo
sacó de mi cabeza y presto  anudó y sopló 
Y lo sopló en  dirección de la jefatura
y el timbre sonó y a la par nos alegró



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