domingo, 7 de diciembre de 2014

Sarita Morena


Yo, quieto a profanarla con la voz siquiera - sí con la mente-
Yo, en tortura, tímido colegial de secundaria
Yo, pasivo  abalanzarme a su jardín virginal, tierra joven fértil
Ella, inicialmente,  turbada a la mirada
Luego, consternada a la distancia  que nos separaba
Ella, sabía era felino en caída con las garras gastadas 
Y retozaba como chihuahua alrededor de león tembleque
Y regalaba su risa cantora y dábase por contar sus ansias y aficiones
Y de vez en cuando un budín me preparaba al acabar la tarde.

Entonces vino la madre, al punto sus ojos de águila vieron el peligro
Y se la llevó, so pretexto llevarla a la fiesta de San Juan
La primera fiesta para Sarita Morena como la llamaba

Oronda la madre, brazo en ella, la presentaría a sus paisanos
A la juventud pueblerina extasiada por su carne joven y fresca
Balarían esos carneros presurosos dar, primero, la estocada
¡Quince días de fiesta!, descorche de sidras viejas  sidras tiernas.
¡Quince días  de efervescencia!, suficiente a anidar en su pecho
Llama nueva y  en su entraña simiente de gusano de seda  

Y volvería Sarita Morena pero ya no sería la beata bella y prodigiosa. 

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