jueves, 18 de diciembre de 2014

Café de antaño


Había llegado el heraldo  desde Arequipa
Revisó la Smith & Wesson ¡Seis balas completas!
Suficiente para enviarla a la parca, pensó,
Así fallara un tiro, reserva había suficiente
a sumergirla en el río infierno que merece 

Sería difícil fallar en ese cuarto de tres por cuatro,
cubículo donde me botaron hace un año, recordó

Llegó el heraldo de improviso con varios regalos
Besó con cariño a sus dos pequeñas hijas
y expansivo de ternura fue hacia su mujer
que, sin embargo, se mostraba desconfiada

El heraldo negro a sus suegros dio a entender
que quería reconciliarse  con su esposa, a saber
por el bien de su familia, por el bien de sus hijas
imploró Si hasta Dios perdonó, por qué no ustedes

Con la venia de los suegros, ya convencidos,
 alborozado, mandó pedir comida al delivery:
tallarines en trozos de pollo, más chipacay  y
tamarindo, wantan frito y bastante  arroz blanco

Para todos hay, dijo, convincente, la casa invita
Al lado de mis hijas, mi mujer, pedir más no puedo
Si falta comida pidan no mas, pidan en confianza
Y ahora  ¡Póngame música arequipeña! –exigió-

Mas de noche, cuando se recogieron los suegros
En el cubículo de tres por cuatro pronto la pareja
irrumpió en discusiones provocado por los celos
Cundió amenazas, gritos y el consabido ¡lárgate!

El heraldo sabiendo que no demoraban sus suegros
en tocar la puerta y qué pasaba ahora preguntarle
le urgió desfundar el arma, ya cargada, de una vez
a quién antaño enamoró le descerrajó dos balazos

Uno en la frente para saber si desprendía verdades
a los engaños que ella negaba; Otro, en el corazón,
entre ambos, icono del desacuerdo y la sinrazón

Sus dos hijas soñaban saber unido a sus padres
despertaron por los disparos del dulce sueño
y las mandaron a otro sueño, eterno, prístino

No alcanzaron  enterarse del oscuro desenlace
a mansalva por su padre fueron acribilladas

La primera en abrir la portezuela, la suegra, fue
y recibió un tiro certero en la boca y le dijo:
Ahora iras hablar mal de mí al infierno,
entró el suegro e iba a quemarropa dispararle
cuando reparó, en un detalle imponderable
sólo le quedaba una bala y esa era para él.

(Noticia policial)


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