miércoles, 24 de diciembre de 2014

El trineo


< Yo por esos años vivía por Huachipa  por donde hoy está el zoológico.
Antes que fuera zoológico era  fábrica  y antes de  fábrica era un hacienda donde mi papà trabajaba y   tenia una barraca donde vivíamos: Papá, mamá, mi  hermana  y yo que tenia nueve años en ese entonces (ahora tengo 45).
Era un 24 de diciembre  Había cerrado recién la noche  y era la zona oscura porque todavía no había alumbrado  público ni urbanizaciones como ahora.
Mi papá  había planeado   pasar la Nochebuena en casa de su hermana que estaba cerca, más o menos a cinco cuadras. La casa de la tía era, además,  restaurante campestre que los fines de semana la gente de la ciudad solía venir y  pasar la tarde en el campo, almorzando y escuchando alguna presentación  artística vernacular. Tenia, ex profeso, un jardín amplio para ello.
E íbamos por la rastrillada cuando en la noche vimos un objeto volador que salía de la casa de mi tía y se elevaba más.  Fijamos mejor la vista y era un trineo con la estructura  fulgurante, trineo solo, sin ser halado . Pasó encima de nuestras cabezas y ensayó una vuelta y luego se alejó perdiéndose en  la oscuridad.
-¿Qué fue eso? Pregunté a  papá.
-No se,  verdaderamente  no se. Nos quedamos estupefactos, todos los vimos.
Cuando llegamos a la casa de la tía lo primero que hicimos es contarle, y la tía no nos dio crédito. Era una visión retorcida, dijo.
-¡Pero lo vimos todos!, reclamó papá,  no fue visión de uno  sino lo vimos todos.
 Siendo inútil dar más cuerda a la controversia,   pensativos nos disponíamos a  entrar a la casa  cuando vimos en el jardín  la huella del trineo: dos paralelas largas, más o menos de tres metros y quemado  el césped del jardín. >

(Llamada a la radio)


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