Vlademiro Montesinos tenía varios servicios de putas a su disposición,
y uno en especial minuciosamente elegido. Con chicas selectas. Distinguidas. A-1 como le encantaba decir.
En sus tempranos años de asesor había hecho que las trajeran desde
Buenos Aires. El había vivido allí durante algún tiempo y hasta tenía un permiso
de residencia en Argentina obtenido después de que lo expulsaran del ejército, acusado
de traición a la patria. Es posible que
pensara primero en mujeres argentinas para no dejar pistas…
Su principal proveedora de mujerea había sido durante muchos años
Matilde Pinchi Pinchi. .. Era un importadora de bisutería que había sido
cliente de Montesinos cuando el ejercía de abogado. Desde entonces venía una
rara amistad entre ambos, a prueba de intrigas que solo se dan entre parientes y que
seguramente debían haber compartido necesidades, ambición, complicidad
y también la cama….
Con el correr del tiempo Matilde Pinchi Pinchi había ascendido en el escalafón
de servidores del asesor. Se había vuelto guardiana y administradora de su
dinero. Ya no tenía que buscar chicas
para él. Ahora seleccionaba a las vedettes.
En realidad, nadie tenía que buscarlas: llegaban solas….
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