Al atardecer se quemaron en una enorme pira todos los objetos
idolátricos traídos desde Huarochirí: diecisiete camisetas de cumbi, treinta y dos
tamborcillos o tinyas, treinta keros de madera paras las libaciones
ceremoniales, cientos de atados de parafernalia para hacer hechizos, ídolos
rotos, piedras, esculturas de maderas, momias e innumerables huesos de los
antepasados.
Los prendedores, detentes, vasijas y ornamento de metal
precioso fueron abollados y pasaron a los fondos del cura Francisco de Ávila.
(De Dioses y Hombres de Huarochirí, traducida por José María
Arguedas)
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